«El consumo de vino ya no va hacia que bebamos más, sino hacia que bebamos mejor»
Los hermanos Sánchez hablan del presente del vino y miran con esperanza al futuro

Emma y Miguel Ángel Sánchez.
El vino por razones varias no está viviendo uno de sus mejores momentos. Las cifras de consumo per cápita así lo indican, al mismo tiempo que el número de bodegas elaboradoras y la cantidad de vinos que salen a la venta no paran de crecer. Luego están los temidos aranceles, de momento tan sólo un anuncio amenazante, pero que tiene a parte del sector vinícola expectante.
De este contexto, la situación de los mercados y de las tendencias de consumos hablamos con Emma y Miguel Ángel Sánchez, al frente de la distribuidora de vinos ASEUNIV que en este año celebra su tercera década, pues la fundaba su padre, el soriano Miguel Sánchez, en 1995, quien a día de hoy continúa junto a sus hijos siguiéndoles de cerca y asesorándoles. Esta compañía, desde 2010 convertida en «Aseuniv Grandes Vinos» es en la actualidad una de distribuidoras de referencia gracias al portfolio de vinos que manejan y es que en su cartera de clientes cuentan con prestigiosas bodegas como Marqués de Murrieta, Álvaro Palacios, Alión, Artadi, Belondradre, Hacienda Monasterio, Gramona… junto a destacadas casas de Champagne, además de un abanico de bodegas de muy distintas zonas del mundo.
En estas sus tres décadas de vida el sector vinícola ha pasado por diferentes escenarios, positivos y no tanto, y es del momento en el que se encuentra actualmente el mercado una de las cuestiones que tratamos en este encuentro en el que además Emma y Miguel Ángel Sánchez hacen balance y pronósticos a medio plazo.
Mucho ha cambiado el vino y el sector en general desde vuestra llegada a mediados de los noventa. ¿Qué destacaríais sobre el resto?
Entre todos esos cambios acontecidos la viña se ha impuesto reivindicando su importancia desde el minuto cero de la elaboración, hemos pasado por distintas formas de elaborar y hoy en día hay grandes enólogos que son capaces de interpretar y desarrollar lo que las viñas les dan para producir grandes vinos, y no sólo los más caros. Tenemos grandes vinos en todos los baremos de precios en nuestro país, pero tal vez el hito más importante ha sido el cambio del consumidor, en los años 90 era un hombre de entre 50/60 años con poder adquisitivo, pero ahora el abanico es súper amplio, hay consumidores de todas las edades, hombres y mujeres. Además, la profesionalización del sector no ha llegado solo al productor y al consumidor, la hostelería con la figura del sumiller ha dado pasos de gigante y en cuanto a los canales de venta de vinos, desde webs, tiendas físicas o empresas como la nuestra la profesionalidad del servicio no tiene nada que ver con la de aquellos inicios.
En estas tres décadas de la historia de ASEUNIV, ¿cómo ha sido la evolución en el estilo y tipo de vinos con los que trabajáis?
Siempre hemos estado comprometidos en presentar proyectos con alma, nos gusta estar en contacto con las bodegas que representamos, catar sus vinos, entender lo que quieren dar a conocer los productores, tenemos que decir que hemos evolucionado al mismo ritmo que lo han hecho las bodegas durante estos años y compartimos la visión que ellas tienen. Los vinos de hoy en día hablan de la viña, transmiten fruta, y todo lo que hay en contacto con la uva mientras se desarrolla, la madera ha pasado a ser un complemento del vino, no a esconderlo como en décadas anteriores. Ahora trabajamos con vinos fluidos, frescos, amplios y con personalidad.
¿Cuál es el proceso por el que un vino y/o una bodega entra en vuestro portfolio?
Las primeras bodegas que nos dieron su confianza fueron Marqués de Murrieta, ya con una gran trayectoria a sus espadas, y un joven Álvaro Palacios que estaba destinado a hacer grandes cosas en el mundo del vino, como ha demostrado a lo largo de los años. Pero, como hemos dicho, lo primero es que tengan un proyecto que nos seduzca y unos vinos con personalidad. A lo largo de los años han entrado bodegas y proyectos pequeños que se han ido haciendo más grandes con el trabajo conjunto entre ambos, pero también hemos ido incorporando proyectos más grandes y más conocidos que nos han encontrado o que nosotros hemos buscado. Además, desde hace unos años hemos primado la introducción de vinos internacionales que todavía estamos completando y nos gustaría incorporar proyectos con marcas españolas importantes.
Ante una evidente caída del consumo, ¿cómo lo enfrentáis desde la distribuidora?
Con mucha tranquilidad, ya llevamos años y hemos vivido muchos momentos de alzas y bajadas provocados tanto por los mercados como por la propia sociedad. Aunque el consumo esté cayendo, es más importante que nunca seguir dando el máximo apoyo y estar presentes. No podemos negar que cada día aparecen más bodegas y, sobre todo, más etiquetas en el mercado; en este contexto de menor consumo, nos enfrentamos a una especie de «selección natural» en la que no necesariamente quedarán los más fuertes sino aquellos proyectos con mayor personalidad, que elaboren mejor y ofrezcan los productos de mayor calidad. El consumo ya no va hacia un «bebamos más» sino hacia un «bebamos mejor».
Desde vuestra experiencia en el mercado, ¿le auguráis largo recorrido a los vinos sin alcohol? De ser así, ¿pueden llegar a considerarse competencia del resto de vinos?
Estamos hablando de dos productos distintos, pero lo más importante es que son naturales, ambos vienen de la uva, si lo piensas no hay bebidas atractivas sin alcohol en un restaurante. Hay mucho público que consume vino, que le gusta el vino, pero que puntualmente no puede o no quiere beber alcohol; el ejemplo más fácil lo vemos en las mujeres embarazadas o durante la lactancia, dejan de consumir vino durante una media de año y medio. Por eso quien consume vino en sus comidas, no es muy amigo de refrescos, el vino sin alcohol es una opción perfecta. También tengamos en cuenta que en estos momentos la sociedad tiende a ser más saludable y, sin dejar de beber alcohol, sí que es verdad que limitan algo más su ingesta. En todo caso es pronto para decir si será una moda o ha venido para quedarse, el tiempo lo dirá, pero no creemos que sea una competencia del vino, creemos que es una opción más; igual que un día te apetece un gran tinto con cuerpo y estructura y otro día una burbuja refrescante, por qué no un vino sin alcohol.
En este momento, ¿cuáles son las tendencias que más están pegando en el mercado?
Hay una prevalencia hacia los vinos blancos, cuyo consumo ha aumentado. Podríamos decir que entre los jóvenes que se inician en el consumo de vino hay una tendencia hacia los vinos naturales, que no son sin alcohol, aunque te diría que esto tiene que ver más con la masa. En el segmento del sector que estamos, vinos de calidad y reconocidos, la fluidez y la finura es lo que triunfa.
Para terminar, en este convulso escenario, ¿dónde veis a ASEUNIV dentro de una década?
Estamos en un momento social convulso, con una gran polarización y unos mercados muy revueltos, mientras el consumo sigue a la baja. Sin embargo, después de muchos años en el sector y de haber superado diversas crisis económicas y sociales, nos sentimos más fuertes y seguros que nunca, con unas ganas inmensas de seguir creciendo y mejorando cada día nuestra empresa. En diez años seguiremos aquí, más fuertes, con más experiencia —¡y, por supuesto, algo más mayores!—, y con la esperanza de ver a los más jóvenes intentando abrirse camino. Sabemos que tenemos por delante un arduo trabajo, pero ahora más que nunca estamos comprometidos en apoyar a nuestros clientes para que cumplan sus expectativas, ayudándoles a construir cartas y ofertas de vinos atractivas, a optimizar la gestión de sus bodegas y a ofrecer experiencias únicas y diferenciadas. Todo ello de la mano de las bodegas que representamos, que comparten con nosotros el compromiso de elaborar vinos cada vez mejores año tras año.