Los mejores destinos gastronómicos en Madrid: 11 lugares que visitar este verano
Si eres de los que esperan a agosto para escapar del ‘mood’ trabajo, déjame decirte que la capital tiene mucho que ofrecerte

Madrid | Canva
La capital está más vibrante que nunca. Antes de hacer las maletas y poner rumbo a la playa o la montaña, hay una parada imprescindible que no puedes pasar por alto: disfrutar de lo mejor de la gastronomía madrileña. Desde alta cocina con estrella Michelin hasta joyas escondidas con estética cuidada y sabores globales, nuestra capital ofrece experiencias culinarias que justifican cualquier desvío. Desde THE OBJECTIVE te recomendamos visitar estos diez restaurantes que merecen una visita sí o sí antes de apagar el modo ciudad.
1. Papúa Colón
Ubicado en plena Plaza de Colón, Papúa es una experiencia sensorial única. Su interiorismo selvático anticipa una cocina creativa y viajera, con presentaciones impactantes y un servicio a la altura. Platos como el steak tartar, el curry de carabinero y sus postres destacan por su sabor y originalidad. Perfecto para una cena especial acompañada de cócteles exclusivos. El éxito en Madrid ha llevado a Papúa a abrir también en Valencia den Av Pio XII, 4 Allí repite su fórmula ganadora: una cocina innovadora, un ambiente inmersivo y una atmósfera elegante. Esta expansión confirma que Papúa es una experiencia gastronómica que trasciende fronteras y se consolida como una referencia imprescindible.
Ubicado en plena Plaza de Colón, Papúa es una fantasía sensorial. Su interiorismo selvático anticipa lo que vendrá: una cocina creativa, viajera, con presentaciones espectaculares y un servicio a la altura. El steak tartar, el curry de carabinero y los postres son puro espectáculo. Ideal para una cena especial con cóctel incluido. Y es que, además, ha sido tan la acogida que tiene que han abierto recientemente en Valencia, llevando su propuesta a la capital del Turia. El nuevo local está situado en la Avenida Pio XII, 4, un enclave privilegiado donde repite fórmula: cocina impactante, decoración inmersiva y atmósfera sofisticada.
2. La Cuadra de Salvador
Fundado en 2013 en Lima como homenaje a un miembro querido de la familia, La Cuadra de Salvador ha consolidado su propuesta con cuatro locales en Perú antes de expandirse a Madrid, ciudad elegida por su conexión con la comunidad peruana y las raíces familiares. El restaurante se especializa en carnes de alta gama como Black Angus USDA Prime y wagyu japonés A5, cocinadas en un horno broiler que supera los 560 ºC, asegurando un sabor y jugosidad excepcionales. Su carta combina técnicas modernas con sabores tradicionales peruanos, destacando platos como el lomo saltado, los anticuchos y el ossobuco al maíz morado. Ubicado en un espacio de dos plantas con cocina vista y salón privado, también cuenta con una barra de cócteles de autor elaborados con destilados peruanos como pisco, ginebra y whisky. Entre sus joyas destaca el Black Whiskey, premiado en 2023 como el mejor del mundo. Su bodega supera las 150 referencias.

3. A’Barra
A’Barra, una estrella Michelín, liderada por el chef Sergio Manzano, es una de esas direcciones imprescindibles en Madrid para quien valora la alta cocina con sentido. Su propuesta combina excelencia técnica, respeto absoluto por el producto de temporada y una creatividad con raíces, donde cada plato se construye desde el sabor y no desde el artificio. El espacio, sobrio, pero sofisticado, ofrece dos experiencias distintas: la barra gastronómica, donde el menú degustación se sirve directamente frente al chef, y una sala más clásica, con atención impecable y ritmo pausado.
Entre los platos más emblemáticos figuran el huevo con anguila ahumada y tallarines de jamón Joselito, que resume a la perfección su estilo depurado, la cigala meunière con coliflor, una lección de equilibrio, y la cebolla asada con esencia y caviar, un plato que transforma lo sencillo en extraordinario. Cada elaboración demuestra que se puede emocionar desde la sobriedad, con técnica y elegancia, sin necesidad de recurrir al efectismo.

4. Kabuki
Kabuki es, sin duda, el gran referente de la fusión japonesa-mediterránea en España. Con una estrella Michelin y décadas de trayectoria, se ha consolidado como un auténtico templo gastronómico para los amantes del sushi con identidad propia. Bajo la dirección del chef mexicano Alejandro Durán, pionero en reinterpretar la cocina nipona con ingredientes y matices españoles, cada plato se convierte en una experiencia de equilibrio, técnica depurada y sabor profundo.
Durán no solo domina la tradición japonesa, sino que la adapta con una naturalidad asombrosa al producto nacional, incorporando desde aceite de oliva virgen extra hasta pescados de lonja local o cortes ibéricos. El resultado: una cocina que rompe fronteras sin perder el respeto por las raíces. En Kabuki se puede disfrutar de clásicos como el nigiri de pez mantequilla con trufa, convertido en uno de los bocados más reconocibles y aplaudidos de la casa, o propuestas más complejas como el usuzukuri de toro con pan con tomate, que resume en un plato el espíritu de esta fusión sin clichés.
5. Las cenas del Hotel Orfila (‘Relais & Châteaux’)
Cenar en el jardín del Hotel Orfila es una de esas experiencias que combinan elegancia, calma y alta cocina en pleno centro de Madrid. Su restaurante, El Jardín de Orfila, dirigido por el prestigioso chef Mario Sandoval, galardonado con dos estrellas Michelin por su trabajo en Coque, ofrece una propuesta que aúna tradición y vanguardia, sin perder el pulso clásico que define a este enclave de estilo francés y alma madrileña.
La carta, marcada por la estacionalidad y el producto de proximidad, se construye sobre recetas reconocibles que Sandoval eleva con una técnica impecable y sutiles giros contemporáneos. Platos como la ensalada de bogavante con vinagreta de cítricos, el solomillo de vaca con foie o el merengue helado con frutas rojas demuestran una cocina refinada, armónica y sin estridencias. Todo ello en un entorno único: un jardín escondido entre muros señoriales, donde la vegetación, el silencio y el servicio de altísimo nivel crean una atmósfera íntima y especial.

6. Shushita
Sushita Green es una de esas direcciones imprescindibles para comer o cenar en Madrid cuando se busca una experiencia que combine sabor, estética y equilibrio. Bajo el sello inconfundible del Grupo Sushita, este espacio destaca por su cuidada fusión japonesa con guiños internacionales y nacionales, en una carta que apuesta por el producto fresco, el diseño de platos vibrante y una atmósfera que invita a quedarse.
La propuesta culinaria mezcla tradición nipona con toques mediterráneos y latinoamericanos, en una armonía tan visual como sabrosa. Entre los imprescindibles, el tartar de atún con crema de ají amarillo y chips de plátano combina intensidad y frescura en cada bocado, mientras que los uramakis de salmón flambeado con trufa negra o los gyozas de langostino son perfectos para compartir. Para quienes buscan una opción más vegetal, la ensalada de kale con edamame y aliño de miso o el curry verde tailandés con arroz jazmín son elecciones tan saludables como reconfortantes.
7. Mo de Movimiento
En pleno corazón de la ciudad, un antiguo teatro ha sido transformado en un oasis urbano que combina a la perfección tradición y modernidad: Mo de Movimiento. Este espacio no solo respira historia, sino que también abraza una filosofía contemporánea centrada en la sostenibilidad, pensada para quienes buscan una experiencia gastronómica que respete el medio ambiente sin sacrificar el diseño ni el sabor. Cada ingrediente es cuidadosamente seleccionado, priorizando productos de proximidad que garantizan frescura y apoyo a los productores locales. Su horno de leña aporta un toque artesanal a los platos, potenciando sabores auténticos y naturales.
8. Osa
En Osa, la propuesta culinaria destaca por su frescura y compromiso con el producto local, así que entre los platos recomendados se encuentran opciones que combinan tradición e innovación con ese sello sostenible que los define. Para comenzar, su tartar de tomate rosa con aguacate y un toque de lima es una entrada fresca y vibrante, ideal para abrir el apetito sin perder ligereza. Entre los platos principales, destaca el risotto de setas silvestres, que mezcla textura cremosa con el sabor intenso de los ingredientes de temporada, o el pulpo a la brasa acompañado de patatas confitadas y alioli de hierbas, una combinación que resalta la técnica del horno de leña y la calidad del producto. Para compartir, no puede faltar la tabla de quesos artesanales y embutidos locales, que invita a descubrir sabores de proximidad en cada bocado. Y para cerrar, su tarta tatin de manzana con helado de canela es una opción clásica, pero con ese toque contemporáneo y natural que caracteriza la cocina de Osa.
9. Gran Vía 18
Ubicado en la sexta planta de WOW Concept, en pleno corazón de la capital, el rooftop de Gran Vía 18 se consolida como uno de los destinos imprescindibles de la temporada. Con vistas privilegiadas al skyline madrileño, una propuesta gastronómica para compartir y una coctelería de autor, este espacio al aire libre redefine el arte del terraceo en Madrid. El enclave, que se extiende sobre el icónico edificio del antiguo Hotel Roma, se divide en dos terrazas,una con panorámica directa sobre Gran Vía y otra orientada hacia la calle Clavel, ofreciendo una experiencia casi envolvente.
La cocina, diseñada por el chef Jairo Jiménez, apuesta por una carta informal y sabrosa con propuestas como el brioche de steak tartar, el saam con langostinos en tempura o el taco de morro de cerdo ibérico. A estos bocados se suman clásicos reinterpretados como las bravas con batata o los buñuelos de queso Idiazábal. En el apartado líquido, el bartender Daniel Regajo, con experiencia en StreetXO y The Gibson de Londres, firma una carta de coctelería de autor pensada para sorprender. Entre sus creaciones destacan el WOW Spritz, con vodka Grey Goose, St. Germain y champagne, o el Sky Garden, una mezcla fresca y aromática con toques de kiwi, jalapeño y cilantro.
10. Arrogante
En Arrogante, la experiencia gastronómica se convierte en un auténtico ritual de sabores y elegancia, potenciado además por un espectáculo en vivo que convierte cada cena en un evento único e inolvidable. No puedes dejar pasar algunas de sus creaciones más emblemáticas: recomiendo comenzar con su tataki de atún rojo, que combina textura y frescura con un punto justo de sabor ahumado, una entrada que ya adelanta la calidad de la cocina. Para el plato principal, el rabo de toro estofado, cocinado a fuego lento hasta alcanzar una suavidad que se deshace en la boca, es una elección que confirma la maestría en la tradición reinterpretada con técnica contemporánea. No menos recomendable es su risotto de hongos silvestres, cremoso y profundo en sabor, que destaca por su equilibrio y sofisticación. Y para cerrar, su versión del coulant de chocolate, intenso y con el corazón perfectamente líquido, es el postre que deja huella.
11. Bel Mondo
Imposible cerrar esta lista sin mencionar un lugar que combina a la perfección experiencia, sabor y ese toque de fotogenia que lo convierte en un favorito indiscutible: Bel Mondo, del reconocido grupo Big Mamma. Más que una simple trattoria italiana, Bel Mondo se presenta como una auténtica experiencia sensorial donde la escenografía, la atmósfera vibrante y el buen rollo se fusionan para crear un espacio único y acogedor. Su cocina, cargada de aciertos, se basa en platos clásicos con un giro contemporáneo que conquista desde el primer bocado. Entre sus hits, la pasta trufada se alza como una estrella indiscutible, con una textura y aroma que envuelven el paladar, mientras que sus pizzas de masa fina, elaboradas con ingredientes de primera calidad, son un auténtico deleite para los amantes de la tradición italiana. Para cerrar la experiencia, los postres golosos, que combinan creatividad y sabor, son el broche perfecto. Bel Mondo es, sin duda, la opción imbatible para cenas con amigas o citas informales, donde el ambiente relajado y la comida excepcional se unen para ofrecer momentos memorables. Recomendamos especialmente probar su pasta trufada, la pizza de burrata y tomate confitado, y el tiramisú casero, auténticos protagonistas que reflejan la esencia y el espíritu del lugar.