Demostración empírica de que la belleza brilla más cuándo uno sabe reírse de sí mismo en las peores circunstancias. Esta modelo, Agyness Deyn, se acaba de quedar de rodillas tras una ridícula acrobacia en pleno desfile benéfico por Haití.
Demostración empírica de que la belleza brilla más cuándo uno sabe reírse de sí mismo en las peores circunstancias. Esta modelo, Agyness Deyn, se acaba de quedar de rodillas tras una ridícula acrobacia en pleno desfile benéfico por Haití.
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