La niña llegó muy lejos y muy rápido. Como un cohete. Y no tardó en estallar. Como un cohete. Lo que vemos ahora son sus cenizas y algún leve resplandor. Su público de siempre la observa con temor, con miedo a que les caiga la varilla en la cabeza.
La niña llegó muy lejos y muy rápido. Como un cohete. Y no tardó en estallar. Como un cohete. Lo que vemos ahora son sus cenizas y algún leve resplandor. Su público de siempre la observa con temor, con miedo a que les caiga la varilla en la cabeza.
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