El restaurante «Eat» de Brooklyn triunfa con su propuesta dominical. Una cena silenciosa bajo el lema «come y calla». Sin música ni casi luz, ofrece la posibilidad de hacer un paréntesis en una ciudad tan ruidosa como Nueva York.
El restaurante «Eat» de Brooklyn triunfa con su propuesta dominical. Una cena silenciosa bajo el lema «come y calla». Sin música ni casi luz, ofrece la posibilidad de hacer un paréntesis en una ciudad tan ruidosa como Nueva York.
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