Paradojas. Sin quererlo, el presidente chino se ha convertido en uno de los más inesperados símbolos de la protesta en Hong Kong, gracias a una foto tomada en verano en la que posa con un paraguas amarillo, emblema del movimiento prodemocracia.
Paradojas. Sin quererlo, el presidente chino se ha convertido en uno de los más inesperados símbolos de la protesta en Hong Kong, gracias a una foto tomada en verano en la que posa con un paraguas amarillo, emblema del movimiento prodemocracia.
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