En esta ocasión no se enamora. Son los «chocoadictos» los que se enamoran de él. Es un King Kong de cocholate, de 4 metros, creado por Richard Orlinski en Colombes. Esta vez no estará en el Empire State, sino en el Salón de Chocolate de París.
En esta ocasión no se enamora. Son los «chocoadictos» los que se enamoran de él. Es un King Kong de cocholate, de 4 metros, creado por Richard Orlinski en Colombes. Esta vez no estará en el Empire State, sino en el Salón de Chocolate de París.
Inicia sesión en The Objective
Crea tu cuenta en The Objective
Recupera tu contraseña
Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective