Investigadores demuestran que aprender una segunda lengua a una edad adulta tiene en el cerebro el mismo efecto positivo que el bilingüismo, pues se logra mayor integridad de la materia blanca y una transmisión más eficiente de la información.

Investigadores demuestran que aprender una segunda lengua a una edad adulta tiene en el cerebro el mismo efecto positivo que el bilingüismo, pues se logra mayor integridad de la materia blanca y una transmisión más eficiente de la información.