Médicos, psicólogos y abogados ayudaban a torturar a sospechosos de terrorismo tras el 11-S. Los doctores decidían si los presos eran aptos para ser torturados. Una de las técnicas más brutales era la llamada alimentación rectal.

Médicos, psicólogos y abogados ayudaban a torturar a sospechosos de terrorismo tras el 11-S. Los doctores decidían si los presos eran aptos para ser torturados. Una de las técnicas más brutales era la llamada alimentación rectal.