Una cervecera aprovecha los residuos que sobran de la producción de su cerveza para crear así un biocombustible para coches. En Nueva Zelanda, ya hay once gasolineras en las que los conductores pueden llenar el tanque con este combustible.
Una cervecera aprovecha los residuos que sobran de la producción de su cerveza para crear así un biocombustible para coches. En Nueva Zelanda, ya hay once gasolineras en las que los conductores pueden llenar el tanque con este combustible.
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