Auschwitz instala unos polémicos aspersores en la entrada del campo de concentración para ayudar a los visitantes a combatir el calor. Los turistas se quejan del parecido de las duchas con las cámaras nazis donde vertían el Zyklon B.

Auschwitz instala unos polémicos aspersores en la entrada del campo de concentración para ayudar a los visitantes a combatir el calor. Los turistas se quejan del parecido de las duchas con las cámaras nazis donde vertían el Zyklon B.