Una mujer de Ohio decora como un museo de tortura el jardín de su casa para Halloween. Los vecinos denuncian a la policía el realismo de los muñecos empalados, ensangrentados y crucificados. Afirman que deben «confirmar que no son cadáveres reales».
Una mujer de Ohio decora como un museo de tortura el jardín de su casa para Halloween. Los vecinos denuncian a la policía el realismo de los muñecos empalados, ensangrentados y crucificados. Afirman que deben «confirmar que no son cadáveres reales».
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