Los contrabandistas de bombonas de oxígeno se convierten en la salvación de los niños de Yemen
El pasado mes de enero, Mansour dio a luz a su primer hijo, sin embargo, sus pulmones no estaban completamente desarrollados y debía permanecer en una incubadora. Ningún hospital tenía cilindros de oxígeno. El bebé murió a los cinco días. Lo mismo le ocurrió a la familia al-Ashari, su hijo murió después de cinco meses. Abdul Hakim, médico de Taiz, asegura que la única salvación para estos niños son los contrabandistas. Moqbel, de 45 años, traficante y propietario de un camello, asegura estar «muy orgulloso» de su trabajo.
Los recién nacidos se mueren el la sitiada ciudad de Taiz. Sus hospitales carecen de bombonas de oxígeno y las incubadoras no funcionan. Los contrabandistas con sus caravanas de camellos están siendo la salvación para estas familias.
El pasado mes de enero, Mansour dio a luz a su primer hijo, sin embargo, sus pulmones no estaban completamente desarrollados y debía permanecer en una incubadora. Ningún hospital tenía cilindros de oxígeno. El bebé murió a los cinco días. Lo mismo le ocurrió a la familia al-Ashari, su hijo murió después de cinco meses. Abdul Hakim, médico de Taiz, asegura que la única salvación para estos niños son los contrabandistas. Moqbel, de 45 años, traficante y propietario de un camello, asegura estar «muy orgulloso» de su trabajo.