El jet-lag del horario de verano es un invento de tu cerebro
“Cuando se habla de desfase horario”, explica en Le Monde Yvan Touitou, “las perturbaciones comienzan a partir de tres horas” mientras que “los problemas de sincronización son importantes a partir de cinco”. El retraso de una hora es irrelevante y se recupera en un día. En cuanto al estudio que sostiene que hace crecer la posibilidades de infarto, parece estar más relacionado con el mes de marzo que con el cambio horario.
Mayor riesgo de infarto y enfermedades del sueño son dos tópicos del “jet-lag” que encabeza el ajuste al horario de verano. Científicos aseguran que son inventos del cerebro: “el cambio horario comienza a notarse a partir de tres horas”.
“Cuando se habla de desfase horario”, explica en Le Monde Yvan Touitou, “las perturbaciones comienzan a partir de tres horas” mientras que “los problemas de sincronización son importantes a partir de cinco”. El retraso de una hora es irrelevante y se recupera en un día. En cuanto al estudio que sostiene que hace crecer la posibilidades de infarto, parece estar más relacionado con el mes de marzo que con el cambio horario.