El abominable pederasta que abusó de casi 200 niños pobres de Malasia
Sus víctimas eran niños pobres de Kuala Lumpur. Llegó a confesar en un foro en Internet que «los niños pobres son definitivamente mucho más fáciles de seducir que los niños occidentales de clase media». Huckle compartía sus vídeos de abusos a niños en foros de pederastas y trataba de hacer negocio con ellos. La justicia sólo ha logrado identificar a 23 víctimas, pero él ha llegado a reconocer haber cometido hasta 191 abusos. «Es inusual que un juez tenga que dictar condenas por abusos sexuales cometidos a semejante escala por una persona», declaró el magistrado Peter Rook. Su coartada como profesor de inglés la empezó a utilizar en su primera visita a Malasia con 19 años. Ahora con 30 años se ha convertido en un despiadado pederasta, que llegó incluso a escribir un manual titulado «Pederastia y pobreza: una guía para el amante de niños». Su abominable modus operandi no tenía límites. En una ocasión llegó a confesar que «había ganado la lotería» con una niña que era «tan leal como un perro».
Reuters
200 menores. Esa es la estremecedora cifra del historial de abusos de Richard Huckle, un inglés que aprovechaba su trabajo en una organización caritativa para abusar de los menores. Tras ser detenido en 2014, ahora ha sido condenado por un tribunal de Londres a 22 cadenas perpetuas, por lo que no podrá salir de la cárcel en liberad condicional antes de 25 años.
Sus víctimas eran niños pobres de Kuala Lumpur. Llegó a confesar en un foro en Internet que «los niños pobres son definitivamente mucho más fáciles de seducir que los niños occidentales de clase media». Huckle compartía sus vídeos de abusos a niños en foros de pederastas y trataba de hacer negocio con ellos. La justicia sólo ha logrado identificar a 23 víctimas, pero él ha llegado a reconocer haber cometido hasta 191 abusos. «Es inusual que un juez tenga que dictar condenas por abusos sexuales cometidos a semejante escala por una persona», declaró el magistrado Peter Rook. Su coartada como profesor de inglés la empezó a utilizar en su primera visita a Malasia con 19 años. Ahora con 30 años se ha convertido en un despiadado pederasta, que llegó incluso a escribir un manual titulado «Pederastia y pobreza: una guía para el amante de niños». Su abominable modus operandi no tenía límites. En una ocasión llegó a confesar que «había ganado la lotería» con una niña que era «tan leal como un perro».
