Detectan altos niveles de radiación en un colegio de Fukushima
Según informa el diario Asahi, las instalaciones del centro en la localidad de Iizaka, ubicado a unos 68 kilómetros de la accidentada central de Fukushima Daiichi, albergan unos 20 metros cúbicos de ramas de árbol y plantas contaminadas con isótopos radiactivos. El aparcamiento de bicicletas del mencionado centro ha sido empleado como almacén temporal de estos residuos durante la construcción de un depósito permanente cerca de la central de Fukushima Daiichi. Sin embargo, el proyecto se ha paralizado, por lo que el centro sigue albergando esos materiales contaminados. Desde que se produjo el incidente nuclear el 11 de marzo de 2011, la gestión de los residuos radiactivos que desprendió la central se ha convertido en un problema grave que sigue poniendo en peligro a los habitantes de las zonas más cercanas. Las autoridades niponas aún no cuentan con terrenos apropiados para depositar los materiales de forma segura y permanente.
Cinco años después de una de las peores tragedias nucleares de la historia, Fukushima y sus alrededores siguen siendo un foco peligroso de radiación. Ahora se conoce que un centro de educación secundaria de la región japonesa de Fukushima ha registrado un nivel de radiación hasta cuatro veces superior a lo permitido debido al almacenamiento de residuos contaminados por el accidente.
Según informa el diario Asahi, las instalaciones del centro en la localidad de Iizaka, ubicado a unos 68 kilómetros de la accidentada central de Fukushima Daiichi, albergan unos 20 metros cúbicos de ramas de árbol y plantas contaminadas con isótopos radiactivos. El aparcamiento de bicicletas del mencionado centro ha sido empleado como almacén temporal de estos residuos durante la construcción de un depósito permanente cerca de la central de Fukushima Daiichi. Sin embargo, el proyecto se ha paralizado, por lo que el centro sigue albergando esos materiales contaminados. Desde que se produjo el incidente nuclear el 11 de marzo de 2011, la gestión de los residuos radiactivos que desprendió la central se ha convertido en un problema grave que sigue poniendo en peligro a los habitantes de las zonas más cercanas. Las autoridades niponas aún no cuentan con terrenos apropiados para depositar los materiales de forma segura y permanente.