Denuncian uso de detectores de bombas falsos en Irak
Las redes sociales se han hecho eco del uso de estos aparatos inútiles que ya desde 2010 habían sido denunciados por una investigación de la BBC que revelaba que eran incapaces de detectar nada. El primer ministro, Haider al Abadi, ha ordenado a las fuerzas de seguridad eliminar el uso de estos dispositivos en todos los puntos de control y ha pedido que se reabra la investigación sobre la compra irregular de estos “detectores de sopa”, como los han bautizado en Twitter. Como consecuencia de los atentados, el ministro de Interior iraquí, Mohamed al Gaban, presentó su dimisión al cargo este martes argumentando que el Estado ha fracasado a la hora de organizar el funcionamiento de los organismos de seguridad. El objeto comenzó a usarse en la invasión de Irak de 2003 con el objetivo de frenar la oleada de atentados con coches bomba. El Gobierno iraquí malgastó decenas de millones de dólares. Un reportaje de la BBC demostró el fraude y el responsable de su fabricación y venta, el británico James McCormick, fue condenado a 10 años de cárcel. Llegó a reconocer que el aparato cumplía su función de «hacer dinero».
¿Podrían haberse evitado las muertes? Los atentados que la semana pasada causaron más de 200 fallecidos en Bagdad han llevado a poner la atención en el uso masivo de detectores de bombas fraudulentos que fueron adquiridos por el gobierno de Irak, aparentemente pagando sobreprecio, y que son utilizados en los controles de acceso de edificios oficiales y otros lugares importantes, incluyendo sitios como el punto de control de seguridad de la calle comercial Al Qarrada, donde el domingo se produjo un atentado suicida, según ha informado The Washington Post.
Las redes sociales se han hecho eco del uso de estos aparatos inútiles que ya desde 2010 habían sido denunciados por una investigación de la BBC que revelaba que eran incapaces de detectar nada. El primer ministro, Haider al Abadi, ha ordenado a las fuerzas de seguridad eliminar el uso de estos dispositivos en todos los puntos de control y ha pedido que se reabra la investigación sobre la compra irregular de estos “detectores de sopa”, como los han bautizado en Twitter. Como consecuencia de los atentados, el ministro de Interior iraquí, Mohamed al Gaban, presentó su dimisión al cargo este martes argumentando que el Estado ha fracasado a la hora de organizar el funcionamiento de los organismos de seguridad.
El objeto comenzó a usarse en la invasión de Irak de 2003 con el objetivo de frenar la oleada de atentados con coches bomba. El Gobierno iraquí malgastó decenas de millones de dólares. Un reportaje de la BBC demostró el fraude y el responsable de su fabricación y venta, el británico James McCormick, fue condenado a 10 años de cárcel. Llegó a reconocer que el aparato cumplía su función de «hacer dinero».