El Parlamento alemán amplía el delito de violación para que la palabra de la víctima sea suficiente
Hasta ahora para acusar a alguien por un caso de violación era necesario que el agresor hubiera usado la violencia o al menos que hubiera amenazado con ella, o que la víctima fuera incapaz de protegerse. Con la reforma legal las palabras de la víctima son definitivas. Será suficiente con que la víctima diga «no» o «para», o que haga otra muestra visible de descontento, como llorar. Si el agresor no atienede a estas peticiones se enfrentará a consecuencias legales, que conllevan penas que pueden ser de hasta cinco años de cárcel. La reforma también amplía el abanico de actividades consideradas como agresiones, incluyendo actos como besos o manoseos, que tendrán una pena de dos años. La iniciativa ha sido aplaudida por colectivos feministas, pero criticada por sectores que temen el abuso en las denuncias. Por ejemplo, el semanario alemán Die Zeit sostiene en un duro artículo que la reforma abrirá la puerta a un sinfín de casos en los que las mujeres podrían denunciar al hombre con el que pasaron la noche anterior por motivos totalmente subjetivos.
Cuando una mujer dice «no» es «no». Esta frase reúne el espíritu que envuelve la reforma del artículo 177 del Código Penal aprobada por el Parlamento alemán, que supone rebajar los requisitos para cometer una agresión sexual o violación. La iniciativa de esta reforma cobró fuerza tras la oleada de agresiones a mujeres en Colonia durante la pasada Nochevieja.
Hasta ahora para acusar a alguien por un caso de violación era necesario que el agresor hubiera usado la violencia o al menos que hubiera amenazado con ella, o que la víctima fuera incapaz de protegerse. Con la reforma legal las palabras de la víctima son definitivas. Será suficiente con que la víctima diga «no» o «para», o que haga otra muestra visible de descontento, como llorar. Si el agresor no atienede a estas peticiones se enfrentará a consecuencias legales, que conllevan penas que pueden ser de hasta cinco años de cárcel. La reforma también amplía el abanico de actividades consideradas como agresiones, incluyendo actos como besos o manoseos, que tendrán una pena de dos años.
La iniciativa ha sido aplaudida por colectivos feministas, pero criticada por sectores que temen el abuso en las denuncias. Por ejemplo, el semanario alemán Die Zeit sostiene en un duro artículo que la reforma abrirá la puerta a un sinfín de casos en los que las mujeres podrían denunciar al hombre con el que pasaron la noche anterior por motivos totalmente subjetivos.