Yusra Mardini, la refugiada de 18 años que antes de competir en Río nadó para salvar su vida
El verano pasado, Yusra Mardini y su hermana Sarah huyeron de su hogar en la ciudad siria de Damasco para dirigirse a Beirut, luego a Estambul y, finalmente, a Izmir, donde lograron subirse a un bote que las transportaría a la isla griega de Lesbos. Durante el viaje, el motor de la embarcación dejó de funcionar y estuvieron a punto de volcar. Yusra, su hermana Sarah y otra mujer no dudaron en arrojarse al agua y empujar el bote hasta llegar a la orilla, salvando así la vida de las otras 20 personas que viajaban junto a ellas. En declaraciones recogidas por The Guardian, Yusra asegura que cuando se lanzó al agua pensó que como nadadora hubiera sido una pena acabar ahogada y que, desde entonces, odia nadar en mar abierto. La deportista continuó su periplo pasando por Macedonia, Hungría, Austria y Alemania, país que la acogió como refugiada y donde pudo volver a entrenar. Ahora ha vuelto a viajar, pero esta vez los motivos son muy diferentes. La atleta participará en los Juegos Olímpicos de Río bajo la bandera del recientemente configurado equipo de refugiados. Su ejemplo sirve de inspiración para las miles de personas que, como ella, lo perdieron todo pero siguen luchando cada día por hacer sus sueños realidad.
Dentro de poco la veremos competir en los Juegos Olímpicos, pero hasta hace muy poco Yusra Mardini no nadaba para ganar, sino para sobrevivir. Esta nadadora olímpica de 18 años es una de las muchas personas refugiadas que huyó de su Siria natal escapando del horror. Hace un año, nadó en el Egeo empujando una barca con 20 personas para llegar a las orillas de Europa. Ahora, lo hará en Río abanderando el primer equipo de refugiados de los Juegos.
El verano pasado, Yusra Mardini y su hermana Sarah huyeron de su hogar en la ciudad siria de Damasco para dirigirse a Beirut, luego a Estambul y, finalmente, a Izmir, donde lograron subirse a un bote que las transportaría a la isla griega de Lesbos. Durante el viaje, el motor de la embarcación dejó de funcionar y estuvieron a punto de volcar. Yusra, su hermana Sarah y otra mujer no dudaron en arrojarse al agua y empujar el bote hasta llegar a la orilla, salvando así la vida de las otras 20 personas que viajaban junto a ellas. En declaraciones recogidas por The Guardian, Yusra asegura que cuando se lanzó al agua pensó que como nadadora hubiera sido una pena acabar ahogada y que, desde entonces, odia nadar en mar abierto. La deportista continuó su periplo pasando por Macedonia, Hungría, Austria y Alemania, país que la acogió como refugiada y donde pudo volver a entrenar. Ahora ha vuelto a viajar, pero esta vez los motivos son muy diferentes. La atleta participará en los Juegos Olímpicos de Río bajo la bandera del recientemente configurado equipo de refugiados. Su ejemplo sirve de inspiración para las miles de personas que, como ella, lo perdieron todo pero siguen luchando cada día por hacer sus sueños realidad.