La llama olímpica llega a Río de Janeiro
La antorcha llegó en avión hace tres meses a Brasilia, procedente de Grecia, y ha recorrido 324 ciudades brasileñas hasta arribar a Río de Janeiro. “Este es un momento muy especial para nuestra ciudad y nuestro país”, ha afirmado Paes, quien recibió el símbolo por excelencia de los Juegos Olímpicos de manos del regatista Torben Grael, quien transportó la llama, protegida dentro de una linterna, en un velero que cruzó la Bahía de Guanabara y en el que viajaban también los medallistas olímpicos Lars Grael, Clínio Freitas, Isabel Swan, Nelson Falcão, Marcelo Ferreira y Ronnie Senfft. Un tributo, sin duda, al deporte que le ha permitido a Brasil merecer más preseas en la magna cita deportiva.
Se dio a conocer por barrer el Sambódromo bailando, detrás de los desfiles de las escuelas de samba en el Carnaval más grande del mundo. Renato Sorriso, un barrendero público, ha tenido el privilegio de ser uno de los que han cargado la antorcha olímpica en Río de Janeiro, donde fue recibida el miércoles por el alcalde Eduardo Paes y cuyas calles recorrerá hasta llegar a su destino: el estadio de Maracaná. Allí, el viernes dará su fuego al pebetero en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.
La antorcha llegó en avión hace tres meses a Brasilia, procedente de Grecia, y ha recorrido 324 ciudades brasileñas hasta arribar a Río de Janeiro. “Este es un momento muy especial para nuestra ciudad y nuestro país”, ha afirmado Paes, quien recibió el símbolo por excelencia de los Juegos Olímpicos de manos del regatista Torben Grael, quien transportó la llama, protegida dentro de una linterna, en un velero que cruzó la Bahía de Guanabara y en el que viajaban también los medallistas olímpicos Lars Grael, Clínio Freitas, Isabel Swan, Nelson Falcão, Marcelo Ferreira y Ronnie Senfft. Un tributo, sin duda, al deporte que le ha permitido a Brasil merecer más preseas en la magna cita deportiva.