Las últimas sirenas de Japón
Las buceadoras, algunas de ellas se dedican a este trabajo desde los 13 años, se sumergen en el océano –las más talentosas son capaces de mantenerse bajo el agua durante 4 minutos seguidos– saliendo a respirar por apenas unos pocos segundos, repitiendo el proceso hasta en 60 ocasiones, tres veces al día. La tradición y estima hacia estas mujeres y la gran admiración que despiertan, son recompensadas por fiestas, conmemoraciones y actos en los que se reconoce su valentía y lucha por preservar unas costumbres e historia. Una milenaria práctica, que necesita de una forma física, valor y habilidad, en peligro de extinción.
Durante casi dos mil años, en diversas aldeas pesqueras de Japón, se desarrolló un trabajo exclusivo para mujeres con gran talento para la apnea y la pesca submarina. Tienen entre 60 y 90 años y, si hace medio siglo había decenas de miles, ahora solo son unas 4.500 en activo. Conocidas como ama o sirenas descienden hasta más de 10 metros en busca de ostras, langostas, erizos, pulpos o algas.
Las buceadoras, algunas de ellas se dedican a este trabajo desde los 13 años, se sumergen en el océano –las más talentosas son capaces de mantenerse bajo el agua durante 4 minutos seguidos– saliendo a respirar por apenas unos pocos segundos, repitiendo el proceso hasta en 60 ocasiones, tres veces al día. La tradición y estima hacia estas mujeres y la gran admiración que despiertan, son recompensadas por fiestas, conmemoraciones y actos en los que se reconoce su valentía y lucha por preservar unas costumbres e historia. Una milenaria práctica, que necesita de una forma física, valor y habilidad, en peligro de extinción.