La crítica situación en Sudán del Sur obliga a evacuar a decenas de cooperantes
«Esperamos que la situación de seguridad mejore lo suficiente como para que regrese nuestro equipo cuanto antes y la población pueda recibir la asistencia alimentaria que necesita», ha declarado una portavoz del PMA. En este sentido, ha advertido de que una escalada de violencia sólo empeoraría las necesidades humanitarias. Los enfrentamientos en Sudán del Sur estallaron a finales del 2013 entre soldados leales al presidente Salva Kiir y seguidores del ex vicepresidente Riek Machar. Un acuerdo de paz firmado en 2015 no prosperó y de nuevo se produjeron combates en la capital, Juba, el pasado julio, provocando el temor a que el joven país pueda volver a caer en una guerra civil. Las tensiones han provocado también miles de desplazamientos y una hambruna que afecta a cerca de cinco millones de personas, además de una inseguridad creciente.
El Programa de Alimentos del Mundo ha comunicado que 38 personas de tres agencias de Naciones Unidas y tres ONGs de ayuda humanitaria han sido evacuadas de las localidades de Jazeera y Nhialdu, en Sudán del Sur, ante el inminente estallido de violencia en la zona. Al menos 57 cooperantes han sido asesinados desde finales de 2013 y muchos más permanecen desaparecidos debido a la violencia en la que está inmerso el país.
«Esperamos que la situación de seguridad mejore lo suficiente como para que regrese nuestro equipo cuanto antes y la población pueda recibir la asistencia alimentaria que necesita», ha declarado una portavoz del PMA. En este sentido, ha advertido de que una escalada de violencia sólo empeoraría las necesidades humanitarias.
Los enfrentamientos en Sudán del Sur estallaron a finales del 2013 entre soldados leales al presidente Salva Kiir y seguidores del ex vicepresidente Riek Machar. Un acuerdo de paz firmado en 2015 no prosperó y de nuevo se produjeron combates en la capital, Juba, el pasado julio, provocando el temor a que el joven país pueda volver a caer en una guerra civil. Las tensiones han provocado también miles de desplazamientos y una hambruna que afecta a cerca de cinco millones de personas, además de una inseguridad creciente.