China ejecuta a un joven campesino que mató al alcalde de su municipio por ordenar demoler su vivienda
Jia fue condenado en 2015 por homicidio intencionado tras matar a He Jianhua, de 55 años, con una pistola de clavos modificada. El campesino admitió el crimen y, contra todo pronóstico, recibió el apoyo de la mayoría de la población, sobre todo, de los más necesitados. Al parecer, el joven había reformado la vivienda para vivir con su novia, con la que se iba a casar 18 días después. Sin embargo, finalmente la vivienda fue derrumbada y Jia no recibió ninguna compensación al respecto. Mientras esperaba en el corredor de la muerte, innumerables manifestaciones tuvieron lugar en la ciudad de Shijiazhuang intentado evitar su ejecución. Incluso los periódicos llevaron a cabo una campaña a favor del aldeano. «Jia probablemente no hubiera actuado como lo hizo si hubiese sido debidamente atendido», escribía China Daily. Un informe de Amnistía Internacional señala que las demoliciones y los desalojos se han convertido en una característica recurrente en un proceso de urbanización vertiginosa en China, sobre todo en zonas rurales donde los funcionarios a menudo actúan en connivencia con los promotores inmobiliarios. En la imagen, Jia Jingyuan, hermana de Jia Jinglong, mostrando un vídeo del momento de la demolición de la vivienda de su hermano.
A pesar de varias protestas para que esta ejecución no se llevase a cabo, finalmente las autoridades han ejecutado a un aldeano que se convirtió en símbolo de las injusticias sufridas por las masas marginadas en el país. Jia Jinglong, de 29 años, asesinó al alcalde de su municipio después de que éste ordenara la demolición de su vivienda de manera forzosa.
Jia fue condenado en 2015 por homicidio intencionado tras matar a He Jianhua, de 55 años, con una pistola de clavos modificada. El campesino admitió el crimen y, contra todo pronóstico, recibió el apoyo de la mayoría de la población, sobre todo, de los más necesitados. Al parecer, el joven había reformado la vivienda para vivir con su novia, con la que se iba a casar 18 días después. Sin embargo, finalmente la vivienda fue derrumbada y Jia no recibió ninguna compensación al respecto. Mientras esperaba en el corredor de la muerte, innumerables manifestaciones tuvieron lugar en la ciudad de Shijiazhuang intentado evitar su ejecución. Incluso los periódicos llevaron a cabo una campaña a favor del aldeano. «Jia probablemente no hubiera actuado como lo hizo si hubiese sido debidamente atendido», escribía China Daily. Un informe de Amnistía Internacional señala que las demoliciones y los desalojos se han convertido en una característica recurrente en un proceso de urbanización vertiginosa en China, sobre todo en zonas rurales donde los funcionarios a menudo actúan en connivencia con los promotores inmobiliarios.
En la imagen, Jia Jingyuan, hermana de Jia Jinglong, mostrando un vídeo del momento de la demolición de la vivienda de su hermano.
