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Ambulancias seguras para las prostitutas de Dinamarca

Michael Lodberg Olsen, ideólogo de la iniciativa, cuenta con humor a The Guardian que la suspensión del vehículo puede complacer tanto a clientes como a las trabajadoras sexuales. Un cartel en el interior de las ambulancias advierte de que los voluntarios llamarán a la policía a la primera señal de violencia y anima a las prostitutas a denunciar si son víctimas de trata de blancas. «El 42% de las profesionales del sexo en las calles había experimentado amenazas de violencia, pero en un burdel son sólo el 3%», justifica Olsen, citando estadísticas del Centro Nacional Danés de Investigación Social. Dinamarca legalizó el comercio sexual en 1999, pero es ilegal sacar provecho de otra persona con la venta de sexo. Así que es muy difícil para las profesionales del sexo conseguir espacios seguros para alquilar o contratar guardias de seguridad. El uso de las ambulancias es gratuito, y se mantiene gracias a las donaciones. El proyecto se inspira en otra iniciativa también patrocinada por Olsen llamada ‘fixelance’, ambulancias modificadas para ser las primeras instalaciones de inyección de drogas de Dinamarca. La iniciativa ayudó a cambiar la política farmacéutica nacional y hoy en día hay cinco instalaciones permanentes en el país.

Ambulancias seguras para las prostitutas de Dinamarca

En Copenhague las ambulancias tienen más usos del que comúnmente se conoce. Una iniciativa de un empresario social ha convertido una flota de ambulancias en lugares seguros para prostitutas que trabajan en las calles de la capital danesa. El «sexelance» no ofrece mucha comodidad, ni siquiera una cama, pero sí un lugar seguro y discreto para el sexo con el fin de eliminar las agresiones a prostitutas.

Michael Lodberg Olsen, ideólogo de la iniciativa, cuenta con humor a The Guardian que la suspensión del vehículo puede complacer tanto a clientes como a las trabajadoras sexuales. Un cartel en el interior de las ambulancias advierte de que los voluntarios llamarán a la policía a la primera señal de violencia y anima a las prostitutas a denunciar si son víctimas de trata de blancas. «El 42% de las profesionales del sexo en las calles había experimentado amenazas de violencia, pero en un burdel son sólo el 3%», justifica Olsen, citando estadísticas del Centro Nacional Danés de Investigación Social. Dinamarca legalizó el comercio sexual en 1999, pero es ilegal sacar provecho de otra persona con la venta de sexo. Así que es muy difícil para las profesionales del sexo conseguir espacios seguros para alquilar o contratar guardias de seguridad. El uso de las ambulancias es gratuito, y se mantiene gracias a las donaciones.

El proyecto se inspira en otra iniciativa también patrocinada por Olsen llamada ‘fixelance’, ambulancias modificadas para ser las primeras instalaciones de inyección de drogas de Dinamarca. La iniciativa ayudó a cambiar la política farmacéutica nacional y hoy en día hay cinco instalaciones permanentes en el país.

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