El yihadismo golpea contra la Navidad en Berlín
Las primeras horas después del ataque fueron caóticas, y la actuación de la Policía germana se llevó críticas por parte de numerosos grupos de Derechos Humanos. En un primer momento, las autoridades mantuvieron detenido a un refugiado paquistaní, que se negó a participar en el interrogatorio. El sospechoso fue finalmente liberado y la investigación se centró en Anis Amri, un ciudadano tunecino con vínculos conocidos con el Estado Islámico, que había dejado documentación en la cabina del camión que utilizó para perpetrar el ataque, así como sus huellas dactilares. Finalmente, el viernes 23 de diciembre, Anis Amri moría abatido por la Policía italiana en Milán, tras haber recorrido la distancia que separa la ciudad transalpina de la capital alemana. El mundo lloró a las víctimas en un momento especialmente importante para los cristianos: la Navidad. Occidente quedaba de nuevo al descubierto en sus vulnerabilidades, y el debate que se generó en torno a la política de refugiados de Angela Merkel se repetirá incesantemente en un año, 2017, en el que se celebrarán elecciones federales.
Tras las masacres de Niza, Orlando y Bruselas, el yihadismo tenía reservado otro gran golpe en Occidente, esta vez en Berlín. El pasado 19 de diciembre, un ciudadano tunecino embestía con un camión a la multitud en un mercado navideño junto a la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm en Breitscheidplatz, en la capital alemana. El ataque se saldó con 12 víctimas mortales -13, contando al conductor original del camión, Łukasz Robert Urban, que fue encontrado muerto a tiros en el asiento del copiloto-, y con 56 heridos. El hombre detrás del ataque, Anis Amri, imitaba así el modus operandi del atentado de Niza en plena celebración del 14 de julio en Francia.
Las primeras horas después del ataque fueron caóticas, y la actuación de la Policía germana se llevó críticas por parte de numerosos grupos de Derechos Humanos. En un primer momento, las autoridades mantuvieron detenido a un refugiado paquistaní, que se negó a participar en el interrogatorio. El sospechoso fue finalmente liberado y la investigación se centró en Anis Amri, un ciudadano tunecino con vínculos conocidos con el Estado Islámico, que había dejado documentación en la cabina del camión que utilizó para perpetrar el ataque, así como sus huellas dactilares.
Finalmente, el viernes 23 de diciembre, Anis Amri moría abatido por la Policía italiana en Milán, tras haber recorrido la distancia que separa la ciudad transalpina de la capital alemana. El mundo lloró a las víctimas en un momento especialmente importante para los cristianos: la Navidad. Occidente quedaba de nuevo al descubierto en sus vulnerabilidades, y el debate que se generó en torno a la política de refugiados de Angela Merkel se repetirá incesantemente en un año, 2017, en el que se celebrarán elecciones federales.