Corea del Norte prohibe a los ciudadanos de Malasia salir del país
Corea del Norte ha prohibido este martes la salida de su territorio a los ciudadanos de Malasia, una medida que ha provocado una respuesta recíproca por parte del Gobierno de Kuala Lumpur contra el personal diplomático norcoreano, en el marco de crecientes tensiones bilaterales.
Corea del Norte ha prohibido este martes la salida de su territorio a los ciudadanos de Malasia, una medida que ha provocado una respuesta recíproca por parte del Gobierno de Kuala Lumpur contra el personal diplomático norcoreano, en el marco de crecientes tensiones bilaterales.
Las relaciones diplomáticas entre los dos países no ha dejado de empeorar desde el asesinato el el 13 de febrero en el aeropuerto de Kuala Lumpur de Kim Jong-nam, hermanastro del líder norcoreano Kim Jong-un.
«Se prohibirá la salida del país a todos los ciudadanos malayos presentes en la República Popular Democrática de Corea hasta que el incidente ocurrido en Malasia quede adecuadamente resuelto», ha dicho la cancillería norcoreana citada por la agencia oficial KCNA. Poco después, el Ministerio del Interior malayo anunciaba una medida similar, aunque limitada al personal de la embajada norcoreana en Kuala Lumpur. «Ningún oficial o empleado de la embajada de la DPRK (Corea del Norte) está autorizado a abandonar el país», informó el ministerio.
Ambos países se responsabilizan de la actual situación de tensión creada. El régimen de Pyongyang ha asegurado que mientras dure la prohibición de salida del territorio, los diplomáticos y ciudadanos malayos podrán «trabajar y vivir normalmente«. Por su parte, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, criticó la medida y acusó a Corea del Norte de convertir a los ciudadanos malayos en «rehenes». «Este acto aberrante de tomarlos, de hecho, como rehenes es totalmente contrario al derecho internacional y las normas diplomáticas», dijo en un comunicado.
Durante años, los gobiernos de Pyongyang y Kuala Lumpur habían mantenido vínculos particularmente estrechos, que se enfriaron repentinamente tras el asesinato de Kim Jong-nam por dos mujeres que rociaron al hermanastro del dictador norcoreano con el mortal agente nervioso VX.