Mueren diez personas en México en un enfrentamiento entre el ejército y hombres armados
Hombres armados que utilizaron a residentes locales como escudos humanos han abierto fuego contra una patrulla del ejército mexicano que investigaba el robo de combustible, lo que ha desatado un enfrentamiento en el que murieron cuatro soldados y seis agresores, ha informado este jueves el ejército.
Hombres armados que utilizaron a residentes locales como escudos humanos han abierto fuego contra una patrulla del ejército mexicano que investigaba el robo de combustible, lo que ha desatado un enfrentamiento en el que han muerto cuatro soldados y seis agresores, según ha informado este jueves el ejército. Las confrontaciones del miércoles por la noche en el estado central de Puebla representan un incremento en los conflictos recientes en los que ladrones de combustible han tomado control en gran medida de algunos pueblos en el llamado “Triángulo Rojo” al este de la Ciudad de México.
La Secretaría de la Defensa Nacional ha dicho que los agresores, ocultos detrás de un grupo de mujeres y niños, han matado a dos soldados y herido a un tercero en el choque inicial. “Ante este hecho, el personal militar ha decidido no responder a la agresión, en virtud de que las mujeres y los menores han sido empleados como escudo por los agresores”, ha indicado la dependencia en un comunicado. El ejército ha solicitado refuerzos y han sido enviados unos 1.000 soldados y policías.
Horas más tarde, hombres armados han vuelto a atacar a la patrulla con autos blindados y fusiles de alto poder, lo que ha dejado un balance de dos soldados muertos y nueve heridos. Tres de los agresores han muerto en el enfrentamiento, en el que han utilizado cinco vehículos, tres de ellos blindados, ha detallado el ejército. Autoridades del estado de Puebla han asegurado posteriormente que otros tres hombres armados habían muerto.
En vista de lo sucedido, los indignados residentes de Palmarito han instalado barricadas el jueves a manera de protesta por la intervención del ejército, y han exigido la liberación de algunos de la decena de habitantes detenidos en los enfrentamientos. El ejército encuentra cada vez mayor resistencia civil a sus patrullajes en la lucha contra el tráfico de drogas.
Algunos pobladores de localidades de Puebla y de otros estados basan su economía, en gran medida, en el combustible robado, y en ocasiones recolectan la gasolina y el diésel en baldes de perforaciones ilegales a oleoductos. El gobernador de Puebla, Antonio Gali, ha dicho que la presencia de los delincuentes está “envenenando” la mente a familias y a niños.
Sin embargo, el grado de control que ejercen los grupos delictivos en Puebla es inusual. En marzo, tres detectives del estado fueron secuestrados y asesinados por una banda de robo de combustible conocida como “Los Bucanan”. La mayor parte de los policías locales y el alcalde de la localidad poblana de Atzizintla han sido arrestados por presuntamente haber ayudado a entregar a los agentes al grupo delictivo.
Alejandro Hope, analista mexicano de seguridad, ha explicado que el hecho “es indudable, hay un componente social y uno cultural en este asunto”, y ha señalado que empleados en Pemex podrían estar asociados con los ladrones. Hope ha pronosticado que la presión para acabar con el robo a los oleoductos se incrementará en un par de años cuando compañías privadas comiencen a enviar combustible a través de los oleoductos de Pemex.