Hallan restos arqueológicos en las obras del metro en Roma
Excavando el pavimento para poder construir un nuevo sistema de trenes subterráneos de Roma, los obreros se han topado con las ruinas chamuscadas de un edificio del siglo III y los restos óseos de un perro que probablemente ha perecido en el mismo siniestro que ha consumido a la estructura.
Los obreros que excavan el pavimento para poder construir un nuevo sistema de trenes subterráneos en Roma se han topado con las ruinas chamuscadas de un edificio del siglo III y los restos óseos de un perro que probablemente pereció en el mismo siniestro que consumió la estructura.
El hallazgo se produjo hace unas semanas cuando los obreros cavaban un agujero de 10 metros de profundidad cerca de las antiguas Murallas Aurelianas con el fin de construir la Línea C del metro de Roma, han informado este lunes los expertos.
«Fue una escena parecida a lo que pasó con Pompeya», ha dicho el Ministerio de Cultura de Italia, que ha comparado el hallazgo con el de los restos de la aldea destruida por el volcán Vesubio en el año 79.
«El fuego paralizó toda la vida en este ambiente y ello nos permite imaginar cómo era esa vida en un momento preciso», ha dicho Francesco Prosperetti, a cargo de los hallazgos arqueológicos de Roma.
Algunos expertos opinan que las ruinas pertenecieron a la vivienda de algún aristócrata, al pie de la cercana Colina Celiana, o quizás de un cuartel militar que ya se había descubierto en otra excavación para la construcción del metro.
Una de las razones por las que Roma tiene un sistema de trenes subterráneos tan pequeño es que cualquier construcción bajo la superficie, inevitablemente se topa con alguna reliquia de las civilizaciones que han prosperado en el lugar.
En este hallazgo en particular se ha descubierto la pata de alguna mesa o banquillo, otra pata más gruesa, quizás de algún baúl, una mesa pequeña, una mesa más grande, un pasamanos de madera, fragmentos de paredes y partes de un mosaico blanco y negro que cubría el piso.
El hallazgo indica algo del estilo de vida de los romanos antiguos, de cómo construían sus edificios, en lo que se llama la Era Media del Imperio Romano.
Los arqueólogos han señalado que el fuego endureció el mobiliario, preservándolo con una solidez y pulcritud rara vez vista. «En estos momentos, el descubrimiento de un techo de madera calcinado representa un evento singular en la historia de Roma», ha dicho el ministerio.