Joey Chestnut ganó este martes, por décima vez, el concurso de perros calientes de Coney Island, en Estados Unidos, al comer unos 72 en 10 minutos.
Este californiano, de 33 años de edad y de 104 kilos, batió el martes su propia marca de 2016 (70 bocadillos) y entró en la leyenda de este concurso organizado desde 1916 en Brooklyn, al pie del célebre parque de atracciones Luna Park, en ocasión del aniversario de la independencia de Estados Unidos.
Su récord personal – y récord mundial – es aún más elevado: 73,5 hot-dogs en 10 minutos durante una prueba de calificación.
El organizador de la competencia, George Shea, describió a Chesnut como «el héroe americano» por excelencia, «una encarnación de la libertad y del ideal americano».
Envuelto en sudor, el triunfador dijo sin embargo a periodistas, apenas concluyó su presentación, que es «sólo un tipo al que le gusta comer», reseñó AFP.
Chestnut comenzó su carrera de «comedor competitivo» cuando era estudiante, en 2005, durante un concurso de espárragos. Actualmente, tiene intención de mejorar su marca.
«Debo trabajar mi forma para transpirar menos, porque me hace perder tiempo (…) necesito comprender mejor mi cuerpo para poder llevarlo al límite», comentó acerca de la técnica que usa.
Sin embargo, en el país que inventó la comida chatarra, donde un adulto de cada tres es obeso, este concurso ya centenario podría representar un mal ejemplo.
Las escenas que lo acompañan no son recomendables para estómagos sensibles: para facilitar la masticación, los 18 finalistas sumergen el pan en el agua y presionan con los dedos los hot-dogs hasta tragar la última miga, levantando la cabeza para ayudar el tránsito del alimento.
Más de 30.000 personas asistieron este año a la competencia, según los organizadores, y más de un millón la vieron por televisión en directo a través de la cadena deportiva ESPN, que la transmite desde hace 11 años.