La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares, ICAN, ha recibido esta mañana el Premio Nobel de la Paz en una ceremonia en Oslo en presencia de varios supervivientes de los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki, que dejaron 220.000 muertos hace 72 años.
Durante la tarde, en Estocolmo, han sido entregados el resto de Nobel y, como establece la tradición, el rey Carlos Gustavo de Suecia será el encargado de entregar dichos premios dotados de una medalla de oro y un cheque de 900.000 euros.
La entrega del Nobel de la Paz se ha producido este año en un contexto en que las tensiones en la península coreana alimentan los temores de una guerra. Pyongyang ha multiplicado en los últimos meses sus ensayos nucleares y disparos de misiles, intercambiando belicosas amenazas con Donald Trump, quien ordenó maniobras militares en la región.
«La manera racional de proceder es dejar de vivir en condiciones en las que nuestra destrucción sólo depende de que alguien pierda los estribos», ha apuntado Beatrice Fihn, directora de la ICAN.
El resto de Nobel que han sido entregados esta tarde en la Sala de Conciertos de Estocolmo ante la presencia de más de 1.600 invitados son:
-Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne, premios Nobel de Física por sus contribuciones «decisivas» en la puesta en marcha del detector LIGO, para detectar las ondas gravitacionales.
–Kazuo Ishiguro, premio Nobel de Literatura.
-Richard Thaler, premio Nobel de Economía por su trabajo pionero en la economía del comportamiento.
Jeffrey Hall, Michael Rosbash y Michael Young, premios Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre los ritmos circadianos de cuerpo
-Jacques Dubochet, Joachim Frank y Richard Henderson, premios Nobel de Química por el desarrollo de la criomicroscopía electrónica.
Nuevamente, los Nobel de este año, no distinguieron a ninguna mujer, una circunstancia que ha ocurrido cuatro veces en lo que va de década y que encaja con la tradición del premio: las galardonadas femeninas representan el 5,5 % del total.