La pareja del atacante del supermercado en Trèbes estaba fichada por riesgo terrorista
La pareja de Radouane Lakdim, el yihadista que el pasado viernes asesinó a cuatro personas e hirió a una quincena en un supermercado en Trèbes, al sur de Francia, estaba fichada por los servicios secretos por riesgo de deriva terrorista. Marine Le Pen ha reclamado la dimisión del Ministro de Interior francés.
La pareja de Radouane Lakdim, el yihadista que el pasado viernes asesinó a cuatro personas e hirió a una quincena en un supermercado en Trèbes, al sur de Francia, estaba fichada por los servicios secretos por riesgo de deriva terrorista. Fuentes próximas al caso han confirmado a Efe que la chica figuraba en el conocido como «fichero S«, de personas susceptibles de representar un peligro para la seguridad del Estado.
La pareja de Lakdim fue detenida poco después del fin de la operación policial en la que fue abatido el terrorista, quien también estaba fichado por radicalización islámica y había sido objeto de vigilancia, primero en 2014 y más tarde en 2016 y en 2017, pero sin que se detectara ningún «signo precursor» de que pudiera derivar en terrorismo.
La joven ha contado a los investigadores que conocía al terrorista desde hacía tres años y que planeaban casarse. La pareja del terrorista podría permanecer hasta un máximo de 96 horas en manos de la policía. Al cabo de ese tiempo, el juez tendrá que decidir si inculparla o ponerla en libertad
Por su parte, la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, ha reclamado este lunes la dimisión del ministro de Interior, Gérard Collomb, por no haber tomado medidas para prevenir acciones terroristas como la del viernes. La ultranacionalista ha reprochado al ministro que en su primera declaración tras el atentado reconociera que los servicios secretos no habían detectado que el autor de la masacre estaba en un proceso de radicalización.
A juicio de Le Pen, el primer paso a seguir es, por un lado, expulsar a todos los extranjeros que estén fichados por sospechas terroristas aunque la justicia no les reproche nada, y por otro, retirarles la nacionalidad francesa a aquellos que la tienen y están fichados, para así expulsarlos igualmente.
«Desde que un extranjero representa un peligro, sea el que sea, no hay ninguna razón para que esté en nuestro territorio», ha afirmado después de reprochar que «Francia no es un hotel«, si bien «incluso en un hotel se puede rechazar a un cliente».
Para los fichados que son únicamente franceses, su solución es llevarlos ante la justicia con el argumento de que «es un delito e incluso un crimen mantener relaciones con organizaciones que quieren cometer atentados».
Le Pen ha propuesto también la disolución de las organizaciones vinculadas con los Hermanos Musulmanes y los movimientos salafistas, y la prohibición de la financiación de las mezquitas con dinero de otros países, informa Efe.