Una actriz vivió en un piso de Nueva York por 28 dólares al mes durante décadas
Una actriz vivió en un piso de Nueva York por 28 dólares al mes durante décadas
Patricia O’Grady se mudó a Nueva York en 1955 para seguir una carrera en actuación. Durante 60 años vivió en un piso a un precio de alquiler de 28,43 dólares al mes. El piso cuenta con dos habitaciones y se ubica en el barrio de Greenwich Village, uno de los más codiciados de la Gran Manzana. De hecho, los precios en esa zona pueden llegar a los 7.000 dólares.
«Quiero ver eso en papel. No parece posible», dijo a la cadena de noticias CNN Gary Nurenberg, un agente de bienes raíces que se especializa en el centro de Manhattan. «Acabo de alquilar uno (de dos dormitorios) no hace mucho tiempo en esa área por alrededor de 5.000 dólares. Pueden llegar a 7.000, dependiendo del tamaño de las habitaciones», añadió.
O’Grady consiguió ese precio en 1955 cuando llegó a la ciudad a luchar por su sueño de ser actriz. El piso formaba parte de un edificio comercial de cuatro plantas. En un principio, ella vivió allí con tres compañeras y, de hecho, el precio en ese entonces era aún más bajo: 16 dólares al mes. El trato incluía mantener el edificio ordenado y barrer los pasillos, informa CNN.
Aunque sus compañeras de cuarto eventualmente se mudaron, O’Grady se quedó durante seis décadas. Su piso de “renta controlada” siguió siendo muy económico. En marzo de este año, O’Grady estaba dando un paseo cerca de su casa cuando fue atropellada por un coche y murió. Tenía 84 años. Con su muerte, las noticias sobre la actriz de Greenwich Village de su piso de renta controlada comenzaron a viralizarse, al resultar casi increíbles.
El artículo de CNN añade que el dueño más reciente del piso es Adam Pomerantz, quien compró el edificio en 2002 y se sorprendió al saber que uno de sus inquilinos estaba pagando ese precio por su renta. Al asesorarse legalmente, los abogados le recomendaron que por leyes de estabilización de rentas no debía aumentar más que 1,98 dólares por mes. También le dijo que le podía preguntar a la mujer si estaría dispuesta a mudarse. O’Grady le respondió entonces que no. “No, no lo haría. Y por favor no me pregunte nuevamente, Sr. Pomerantz». Él nunca lo volvió a hacer.