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La nueva Gran Vía parece no convencer a muchos madrileños

La nueva Gran Vía parece no convencer a muchos madrileños

Ayer los madrileños estrenaban una nueva Gran Vía. Con más espacio peatonal –las aceras se han ensanchado entre 2,6 y 3,4 metros–, nuevos bancos de piedra y madera y nuevo alumbrado, una de las principales arterías de la capital, con más de un siglo de vida, lucía más joven que nunca.

Miles de madrileños y turistas de todas partes de España no quisieron perderse este acontecimiento que ha conincidido también con el alumbrado de las luces de Navidad. De esta forma, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, inauguraba pasadas las siete de la tarde esta nueva vía, corazón de la capital. Un proyecto en el que el Consistorio ha invertido más de seis millones de euros y cuyas obras comenzaron el pasado mes de abril.

«Este año como todos los años llega este rito, el rito de encender las lunes de navidad, este año con algo diferente porque con las luces llega la nueva Gran Vía», comenzaba la alcaldesa. «Si hay algo que representa Madrid es la gran calle que es la Gran Vía. Fue una muestra de innovacón, de cambio». Con la remodelación «Madrid está más cerca de las ciudades europeas», concluía Carmena.

Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, hay personas a las que la nueva Gran Vía les ha encantado, pero otras que, sin embargo, no ven claro el lavado de cara al que se ha sometido la calle. El debate está muy dividido entre partidarios y detractores, como era de espera.

 

 

 

Los detractores, por su parte, se quejaban de la poca protección del carril-bicil y el caos que ayer se respiraba en ella.

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