Al menos dos bomberos y una mujer española han muerto por la fuerte explosión de este sábado en una panadería en el centro de París, causada, según los primeros indicios, por un escape de gas. La policía ha confirmado que 10 personas se hallan «en urgencia absoluta» y otras 37 han resultado heridas leves. Otros dos españoles han resultado heridos leves, según ha confirmado el Ministerio de Exterior español.
El ministro francés del Interior, Christophe Castaner, ha alertado de que el balance de víctimas puede aumentar y ser «fuerte y grave».
Los bomberos se habían desplazado al lugar para tratar un escape de gas en la panadería, que puede haber sido el origen accidental de la explosión y el consiguiente incendio que ha llenado de humo las calles del centro de París.
La alcaldesa de la capital francesa ha confirmado en su cuenta de Twitter el fallecimiento de los dos bomberos, a los que elogió por haber honrado el lema de su cuerpo: «Salvar o morir«.
La explosión se produjo hacia las nueve de la mañana en el céntrico distrito IX de la capital francesa, cerca del turístico museo Grévin y en una zona donde hay numerosos hoteles.
«Estábamos durmiendo cuando escuchamos un ruido, pensamos que era un terremoto«, ha contado a AFP un adolescente que vive en una calle cercana. «Bajamos y vimos un edificio en llamas», ha añadido su hermano.
Un incendio fue el desencadenante de la explosión, que ha hecho estallar las ventanas de los edificios aledaños.
«Todas las ventanas de nuestro apartamento estallaron, todas las bisagras de las puertas que estaban abiertas saltaron, para salir de mi habitación tuve que caminar sobre la puerta, los niños estaban muy asustados, no podían salir de su habitación», ha relatado Claire Sallavuard, que vive en el edificio en el que está la panadería.
La calle en la que se produjo la explosión estaba cubierta de escombros y las llamas salían de la planta baja del edificio. Decenas de bomberos se han desplazado al lugar, que ha sido acordonado, pero no consiguen hasta el momento sofocar el incendio.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, y el fiscal de París, Rémy Heitz, se dirigieron rápidamente al lugar del accidente. Un helicóptero sobrevolaba la zona.
La explosión tuvo lugar en un momento en que las calles de París se hallan tomadas por las fuerzas de seguridad a causa de una nueva jornada de protestas de los llamados “chalecos amarillos”, que se teme pueda degenerar en disturbios.
El ministro de Exteriores, Josep Borrell, ha lamentado en su cuenta de Twitter el fallecimiento de las tres personas de la explosión.
