Los diputados japoneses han aprobado este jueves una ley que prohíbe y castiga el manejo de un dron en estado de ebriedad, una medida adicional para evitar los accidentes provocados por estos aparatos sumamente populares en el país asiático.
El texto, que todavía debe ser votado por el Senado, prevé una multa de hasta 300.000 yenes (2.450 euros) y una pena máxima de un año de cárcel. Serán igualmente sancionadas las personas que, sin haber consumido alcohol, efectúen maniobras peligrosas como descensos rápidos con sus drones (hasta 500.000 yenes de multa).
Estas medidas se aplicarán a los aparatos de un peso superior a 200 gramos. «Pensamos que pilotar un dron habiendo bebido es tan grave como conducir bajo los efectos del alcohol», ha explicado a la AFP un funcionario del ministerio de Transportes.
Japón adoptó progresivamente en los últimos años una reglamentación estricta para los UAV, prohibiendo totalmente su uso por encima de lugares sensibles (edificios oficiales, aeropuertos, centrales nucleares, instalaciones olímpicas para Tokio 2020, etc.) así como el sobrevuelo de multitudes. Las autoridades niponas requieren una autorización para cada vuelo en la mayoría de zonas urbanas.