Reino Unido impone una cuarentena de 14 días a los viajeros con multas de más de 1.000 euros
Los viajeros internacionales tendrán que rellenar un formulario a su entrada al país y podrían ser sometidos a inspecciones sorpresa por trabajadores sanitarios
Los viajeros que lleguen a Reino Unido del extranjero podrán ser multados con hasta 1.000 libras (unos 1.100 euros) si no guardan 14 días de cuarentena a su llegada al país como medida para prevenir un segundo repunte del coronavirus[contexto id=»460724″].
Así, Reino Unido se suma a la medida ya adoptada por otros países, como España y Francia, que la anunció para los viajeros españoles en respuesta al anuncio de la medida en España, donde todavía no está claro cómo será la reactivación del sector turístico, uno de los más castigados por la pandemia.
La nueva norma será previsiblemente introducida en Reino Unido a principios de mes, aunque se espera que la ministra de Interior, Priti Patel, aporte más detalles este viernes.
Al parecer, quedarán exentos de esa cuarentena los conductores de camiones y funcionarios médicos y tampoco se aplicará a la zona de viaje con Irlanda. En cambio, aquellas personas que lleguen a Reino Unido procedentes de Francia sí deberán cumplir con ese requisito, al contrario de lo que se había venido diciendo en los últimos días.
Los viajeros internacionales tendrán que rellenar un formulario a su entrada al país, en el que han de precisar sus datos de contacto y podrían ser sometidos a inspecciones sorpresa por trabajadores sanitarios a fin de asegurar que cumplen con los estipulado. Según esto, cualquier viajero que acceda al país en avión, ferri o tren deberá proporcionar una dirección en la que planea aislarse pues, de no hacerlo, será el Gobierno el que habilite un lugar en el que deba alojarse durante ese periodo de cuarentena.
El Ejecutivo de Boris Johnson también adelantó hace días que esa medida sería revisada cada tres semanas.
La medida ha sido calificada por el consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, de «idiota» e «impracticable», al tiempo que desde el sector de la aviación británica se han expresado temores a que la decisión termine «matando» los viajes internacionales desde y hacia este país.