La reina Isabel II, obligada a cambiar sus planes navideños por el coronavirus
La soberana inglesa ha tomado la decisión en vista del aumento de contagios por la variante ómicron
Malas noticias para la Familia Real británica. Todo debido al considerable aumento de los contagios por la variante Ómicron que han obligado a la reina Isabel II a tomar una drástica decisión: quedarse sin sus planes navideños en Sandringham y celebrar las fiestas en Windsor, donde reside desde 2020. Algo que ha intentado evitar por todos los medios durante estas semanas.
Su intención es salvaguardar la Nochebuena y la Navidad para poder disfrutar junto a los suyos por primera vez en dos años, y además en unas fechas tan complicadas en este 2021, que estarán marcadas por la ausencia del duque de Edimburgo, fallecido el pasado mes de abril.
Por eso, la soberana ya había cancelado el almuerzo organizado para hoy martes. Una reunión familiar que iba a tener lugar en el castillo de Windsor, y a la que se esperaba que acudieran unas 50 personas. Tras esto tenía previsto viajar a Sandringham, pero el traslado ha quedado anulado con «pesar», pero a sabiendas que es «la decisión correcta», según fuentes cercanas a la Corona que afirman que de esta manera no se pondrá en riesgo al personal y a los invitados.
¿Se modificará el menú?
Al parecer, la celebración en Windsor será reducida. Aun así, Isabel II espera reunir a gran parte de su familia para cenar en Nochebuena. Según la tradición, a la hora del té suele abrir sus regalos y después todos disfrutan de una suculenta cena con hasta seis servicios. El menú suele ser siempre el mismo como así confirmó quien fuera el chef de la familia real durante 15 años, Darren McGrady.
«Es lo mismo todos los años», tres pavos en total rellenos con castañas o salvia y cebolla, bañados en salsa de pan y arándanos. Como guarnición se ofrece puré de patata, queso y panceta, aunque también hay verduras como coles o zanahorias asadas.
De postre, nada de polvorones o turrones como en España. La reina disfruta de su favorito, el Christmas pudding. Un dulce navideño con pasas, grosellas, especias, azúcar moreno, ron y una salsa de brandy. Y por supuesto, chocolate. Al igual que para Isabel Preysler, este manjar es su perdición y cuando más amargo sea, mejor.
En Navidad, y como suele ser tradición también, la reina preside una misa en la Iglesia de Santa María Magdalena de Sandringham, que este año no se llevará a cabo. A este servicio religioso solían acudir unas 200 personas, algo inviable en vista de la situación sanitaria inglesa. Todo apunta a que este año habrá misa, pero de una manera totalmente diferente a lo usual.
Después suelen disfrutar un almuerzo muy ‘british’ compuesto de salchichas, tocino, huevos y las míticas ‘beans’ (judías blancas). Tras esto, la familia real ve el discurso de la soberana que ha sido grabado previamente, y ponen el broche de oro con el té que en esta ocasión acompañan de un bizcocho navideño de frutas.
Regalos, báscula y película
Las navidades de los ‘royals’ británicos son un tanto curiosas. Lejos de la ostentación y de los lujos en cuanto a regalos se refiere, los miembros de la familia real suelen optar por detalles originales y de ‘broma’ que no les hace desembolsar una cantidad elevada de dinero, ya que ¿qué se le regala a quien tiene de todo?
Pero para original otra ‘tradición’ que se remonta, según los tabloides ingleses, a principios del siglo XX, durante el reinado de Eduardo VII. No es otra que comprobar que todos han disfrutado de los manjares y que además han comido en condiciones. ¿Cómo lo hacen? A la ‘antigua usanza’: descalzándose y pesándose en una antigua báscula. Algo que hacen antes y después de cada comilona. Se habrá cumplido el objetivo si cada uno ha cogido kilo y medio de peso.
Por si esto fuera poco, The Mirror publicaba hace unos días que la película favorita de la reina para Navidad no es otra que Flash Gordon. En concreto la versión que se estrenó en 1980 y que al parecer suele ver junto a sus nietos. ¿La verá también este año aunque no esté Harry?
Sin el duque de Edimburgo y con cuatro nuevos miembros
Estas serán las primeras navidades sin el duque de Edimburgo. El marido de la reina falleció el pasado 9 de abril a los 99 años, solo dos meses antes de cumplir los 100. El año pasado fue la última que pasaron juntos y la primera en más de tres décadas que la reina no disfrutaba con su familia en Sandringham. Los dos estuvieron en Windsor, donde pasaron el confinamiento.
Por eso, tanto sus hijos como sus nietos y bisnietos tienen la intención de estar con ella para arroparla y no dejarla sola en estos días tan señalados. Aunque la ausencia del duque de Edimburgo será destacada, son cuatro los nuevos miembros que se han unido en este 2021 a la familia real.
Se trata de los nuevos bisnietos de la soberana: August Philip Hawke, el primer hijo de Eugenia de York, y Jack Booksbank, que nació en febrero. En marzo fueron Zara Phillips y Mike Tindall quienes daban la bienvenida a su tercer hijo, un niño llamado Lucas. Un mes después llegaba Lilibet Diana, la segunda hija de los duques de Sussex, y el pasado mes de septiembre era Beatriz de York quien se estrenaba como mamá junto a su marido Edoardo Mapelli, con la llegada de Sienna Elizabeth.