Miguel Bosé desvela su pasado más duro con las drogas y cuál le costó más dejar
El artista ha vuelto a España para conceder una sincera entrevista en ‘El Hormiguero’ en la que habló de todo
Miguel Bosé está de vuelta. El estreno en Movistar + de su documental biográfico, Bosé Renacido, vuelve a poner el foco sobre uno de los artistas españoles más importantes de las últimas décadas. Mal que pese, por estos últimos años en los que ha sido más noticia por polémicas que por su música, el cantante sigue siendo uno de los grandes de la industria.
Sus entrevistas están cotizadas, pero uno de los afortunados en poder contar con el testimonio del intérprete de Morena Mía ha sido Pablo Motos. Bosé visitó este pasado martes El Hormiguero con un sinfín de cosas que contar y varios frentes abiertos. Una vez más, sus declaraciones están dando mucho de qué hablar.
Empezando por un orden cronológico, Miguel Bosé habló del robo sufrido en su casa de México este pasado agosto. Su versión en televisión fue la siguiente: «Fue hace un mes, estábamos ya dormidos en casa, los chicos estaban durmiendo con un amigo. De repente me despierta algo, miro y estoy encañonado con una pistola, con silenciador». Y apuntaba: «No eran profesionales porque al final nos ataron con los lazos de mis zapatillas».
Por surrealista que parezca, el robo a casa del hijo de Lucía Bosé dejó una anécdota inverosímil: «En un determinado momento, se me queda el jefe mirando y dice: ‘Chavos, es Miguel Bosé’. Se quitó la máscara y me dijo que era mi fan. Yo le dije que entonces teníamos que llevar las cosas por buen camino o se acababan los conciertos. Incluso un miembro de la banda me pidió un selfi».
Bosé terminó de relatar ante un atónito Pablo Motos cómo se desarrolló y finalizó el asalto: «Por el interfono quien dirigía todo era una mujer. El chico que dejan con mis hijos les dice que no se preocupen que no nos iba a pasar nada. Antes de irse este chico, que es un ángel, coge a Tadeo y le dice que le va a desatar para que en media hora termine de desatarse el solo y desatase a los demás. Ha sido una experiencia para olvidar lo antes posible», finalizaba.
Miguel Bosé y las drogas
La charla en el programa de Atresmedia sirvió también pare que Miguel Bosé hablase con crudeza -pero con sinceridad- de su adicción a las sustancias tóxicas: «Por las drogas tenía una debilidad, que pasó a afición y luego a cosas mayores. Estuve 30 años haciendo de todo, hasta que el consumo pasó a alejarse de la fiesta y a ser habitual, ahí lo dejé, en esa época estaban mis hijos por llegar».
De entre todas ellas, la única que no ha probado es la heroína por pavor a las agujas. Pero tiene claro cuál es la que más le esclaviza: «El alcohol, es lo que más cuesta dejar, es el veneno más legal que hay. Yo lo dejé todo el mismo día y no he vuelto a tomar nada desde hace 13 años», aseguraba.
La relación con su madre
Otro capítulo de la entrevista en el programa de las hormigas tuvo como protagonistas secundarios a Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín. De su madre dijo que era la mujer que su padre se merecía «porque era una puñetera. Tal para cual, dos egos inmensos, dos personalidades con trastorno narcisista».
Además, le confesó a Motos que ha heredado virtudes de sus dos progenitores: «Físicamente soy como mi madre, pero en el carácter soy igual que él, totalmente Dominguín».
La separación de unos padres suele ser un momento traumático que funciona como punto de inflexión, más todavía si se produce con los hijos en una edad temprana: «Cuando mis padres se separan, la putada que le hace mi padre a mi madre es dejarle la casa de Somosaguas donde habíamos vivido siempre. Mi madre no tenía recursos y él pasaba para sus hijos muy poco, treinta mil pesetas. Cortamos el agua caliente, la calefacción, calentábamos ollas en una bañera y nos bañábamos los tres por turnos… Fueron años muy feos», contaba Miguel Bosé.
Sus hijos, una bendición
Lo cierto es que Bosé nunca ha sido una persona que se detenga a hablar de ciertos aspectos de su vida privada. Con ese hermetismo casi bunkerizado consiguió mantener en secreto una duradera relación con Nacho Palau.
De la misma manera ha llevado el proceso de adopción de sus hijos, de quienes dicen le cambiaron la vida: «Totalmente, con ellos apareció el jardín del amor verdadero. El amor -que se tiene de muchas formas-, no es tan fuerte como el que se tiene por los hijos».
Por último, dejó claro que algo muy grave tiene que pasar para que abandone México: «No me voy a ir. Mis hijos allí están felices, me quieren mucho, para mí es mi segunda patria», zanjó.