Íñigo Onieva: máxima seriedad sobre la vida de casada de Tamara Falcó en casa de su madre
Son muchas las dudas que rodean este matrimonio que, después de darse el ‘sí, quiero’, llevan vidas por separado
El pasado 8 de septiembre, y contra todo pronóstico, Íñigo Onieva y Tamara Falcó pusieron el broche de oro a su relación pasando por el altar. Tras pronunciar el ‘sí, quiero’, vivieron una luna de miel y un posterior verano que empezó en Sudáfrica y terminó en Sotogrande.
En su regreso a Madrid, se esperaba que el recién matrimonio comenzase una nueva etapa viviendo juntos, pero no ha sido así. Aunque su ático ya está listo para ser habitado, continúan durmiendo por separado.
Y así lo confirmó hace tan solo unos días Isabel Preysler. La socialite, al abandonar el Teatro Real, contestó a las preguntas de los medios de comunicación y confirmó que su hija estaba viviendo en su casa.
A día de hoy, se desconoce si la pareja está teniendo nidito de amor o si, por el contrario, están esperando a instalarse en su nuevo piso para hacer vida de casados. Lo que sí es una realidad es que quieren continuar con la discreción por bandera.
Íñigo Onieva, máximo silencio
Parece que el dicho de ‘casado casa quiere’ no define la vida de Onieva y Falcó. Un tema que ha vuelto a ponerse sobre la mesa después de que ambos acudieran por separado al centro de Fertilitas, dejando claro que no venían del mismo hogar.
Ahora, todas las miradas han ido a parar al empresario, que ha guardado el más absoluto silencio. Si bien es cierto que su actitud con la prensa varía dependiendo del tema a tratar, en esta ocasión la máxima seriedad ha sido la protagonista.
Íñigo se ha limitado a esquivar las cámaras, coger su moto y no levantar la mirada del suelo. Ni un saludo, ni un «gracias» como acostumbra hacer, ni tan siquiera un «no voy a decir nada», su mítica frase para blindar su intimidad.
El empresario se ha mostrado de lo más serio, evitando hacer cualquier tipo de declaración acerca de cuál es su domicilio actual. Un paradero desconocido hasta que se produzca la tan ansiada mudanza y comience su vida de casado.
La situación y el silencio guardado por ambas partes han convertido su intimidad y su domicilio conyugal en una de las grandes incógnitas que rodean a la pareja del momento. Tamara Falcó e Íñigo Onieva: juntos, pero no revueltos. Al menos, hasta la fecha.
Su inminente mudanza (o no)
En noviembre de 2020, la marquesa de Griñón invirtió en un ático al lado de la casa de su madre. Después de una reforma integral, está listo para ser habitado. Un paso muy esperado que podría producirse este otoño.
Tal y como ella misma comentó en el desfile de Pedro del Hierro de la MBFWM, ya tienen las llaves de casa, pero aún quedan unos detalles para poder instalarse. Un hogar que cuenta con 186 metros cuadrados, cuatro habitaciones y una terraza.
Las encargadas de decorar el que será el nidito de amor del matrimonio ha sido Berta Jorde y Pilar Jiménez, fundadoras de Drömmeri Interiorismo. Un refugio que les ha costado la friolera de 1,5 millones de euros.
Sus planes de formar una familia
Su casa ya está en marcha y sus planes de paternidad también. Antes de la luna de miel se conocía que Tamara Falcó e Íñigo Onieva habían empezado un tratamiento de fertilidad con base natural -y religiosa- en la clínica Fertilitas.
Pero todo se pausó en verano. Ahora, de regreso a la rutina, la pareja ha retomado sus planes, con el objetivo de poder formar una familia cuanto antes. Pero, el primer paso será irse a vivir juntos, paso que, de momento, no han dado.