María Jesús Montero, más allá de la política: devota, divorciada y dos hijas universitarias
La política andaluza se ha convertido en el apoyo fundamental de Pedro Sánchez en su etapa más complicada
Pedro Sánchez ha tomado una de las decisiones más complicadas de su vida. Después de unos meses especialmente tensos, sobre todo en lo que tiene que ver con su lado más personal, el presidente del Gobierno ha decidido seguir con su carrera dentro del Gobierno. Una opción que ha provocado una gran convulsión en el presente político de nuestro país, en el que María Jesús Montero ha tenido un papel fundamental. La andaluza siempre ha sido uno de los mayores apoyos de Sánchez en estas dos últimas legislaturas y, en todos estos años, se ha convertido en una de las piezas esenciales del Partido Socialista.
Fue a finales de la semana pasada, cuando el presidente del Gobierno explicó que tenía que tomarse unos días para decidir qué es lo que iba a suceder con su futuro político. A través de una carta, compartida en sus redes sociales y donde se declaraba totalmente enamorado de su mujer, el político quiso expresar su lado más personal y vulnerable. A partir de ese momento, todo su partido se ha convertido en su mayor arrope. Todos ellos han pedido, por activa y por pasiva y de forma pública, que no dejara su compromiso que había adquirido el pasado mes de julio. Para la toma de esta decisión siempre ha contado con el apoyo de María Jesús, la segunda de abordo, su mayor apoyo. Pero ¿qué conocemos de ella y su vida privada?
María Jesús Montero, su vinculación con Dios y Triana
María Jesús Montero nació en Sevilla a mediados de los años 60. Orgullosa andaluza, llevando siempre sus raíces por delante, ha reivindicado, en una infinidad de ocasiones, sus orígenes. Se crió en el barrio de Triana, uno de los más tradicionales y más comprometidos con su cultura. Desde muy joven se acercó a las Juventudes Comunistas, aunque nunca se olvidó de su fuerte vinculación con la religión, un extremo que ha sido fundamental en su vida. Siguiendo otra de sus vocaciones, se licenció en Medicina y Cirugía en la universidad de su ciudad y fue presidenta de la Comisión de Marginación del Consejo de la Juventud de Andalucía durante dos años. Luego, también fue secretaria de este organismo hasta 1990.
Debido a sus estudios en el campo de la Medicina, María Jesús decidió compaginar, también, su gran pasión con todo lo que tenía que ver con la gestión pública, un extremo fundamental en política. Es por eso que a finales de los 90, trabajó como subdirectora médica en el Hospital Universitario Virgen de Valme. Entre septiembre de 2002 y abril de 2004 ostentó el cargo de viceconsejera de Salud de la Junta de Andalucía. Aunque, sin duda, su mayor reto profesional llegó, tras el éxito del 1 de junio de 2019, por la moción de censura presentada por el PSOE contra Mariano Rajoy, en la que los socialistas salieron victoriosos. Tras la investidura de Pedro Sánchez, en 2020, fue nombrada Portavoz del Gobierno. Ahora, le queda un complicado futuro por delante.
Su exmarido, Rafael Ibáñez
Marisu, como conocen a la política en su círculo más cercano, siempre estuvo, también, muy vinculada al mundo de la educación. Su padre, Manuel, era profesor de la sección masculina del antiguo colegio público José María Izquierdo. Fue ahí donde también daba clase su madre, Conchita. Durante su andadura en la universidad, el vínculo entre Marisu y la Iglesia Católica se volvió más fuerte gracias a su unión a las juventudes cristianas andaluzas. También, en ese tiempo, Montero tuvo tiempo para encontrar el amor.
Lo hizo de la mano de Rafael Ibáñez Reche, con quien militaba en las juventudes comunistas. Rafael estudiaba Derecho y coincidió, en cuanto a ideología política, con María Jesús. Aunque no lo hizo en otro ámbito como era la religión. Un extremo que les diferenció en muchas ocasiones. Ella, devota; él, ateo. «Fue una boda por la Iglesia, pero no en una parroquia en sí. A muchos les chocó que alguien de Izquierda Unida aceptara un rito cristiano y así encontramos un punto intermedio, porque para ella era importante celebrar un matrimonio cristiano», explicó Rafael en una entrevista, tal y como recoge Mujer Hoy.
A pesar de todo, sus dos hijas se criaron en colegios públicos y laicos. Ahora, las dos estudian en Sevilla, las ciudades que le vieron crecer. Es por eso que la política vive a caballo entre las dos capitales, intentando conciliar su vida profesional con la personal. Su matrimonio con Rafael comenzó a deteriorarse hace unos años. Así lo describió él que apuntó a que estaban viviendo una «separación afectiva» hace más de cuatro años. En los próximos meses, María Jesús tendrá un papel fundamental para reflotar la imagen del Gobierno, convirtiéndose en el eje principal, en la cabeza pensante.