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La nueva vida de Jacobo, hijo de la duquesa de Alba, que le aleja más de su hermano Cayetano

El conde de Siruela ha convertido las dos fincas que heredó de su madre en un espacio para el ecologismo

La nueva vida de Jacobo, hijo de la duquesa de Alba, que le aleja más de su hermano Cayetano

Jacobo y Cayetano Martínez de Irujo | Una ilustración de Alejandra Svriz

La relación de los hijos de la duquesa de Alba, tras su muerte, no fue la misma. Cayetana Fitz-James Stuart siempre destacó por ser una mujer adelantada a su tiempo, moderna, a quien no le importaba el qué dirán y que siempre hizo lo que quiso. Esto provocó que, durante una etapa de su vida, estuviera muy distanciada de sus hijos, sobre todo después de que comenzara una relación con Alfonso Díez y, más adelante, decidiera casarse con él. Algo que ninguno de sus vástagos lo vio con buenos ojos. A pesar de todo, Cayetana consiguió que aceptaran su relación y se mantuvieran junto a ellos hasta su muerte. Ahora, la relación entre los hermanos ha sido de lo más tensa, sobre todo por parte de Cayetano, quien no ha tenido problema en enfrentarse públicamente con su familia. Ahora, hemos conocido la nueva vida de Jacobo Fitz-James Stuart que le separa, aún más, de su hermano.

A Cayetano, Eugenia, Carlos, Jacobo, Alfonso y Fernando les ha costado mucho ponerse de acuerdo. Todo comenzó tras el fallecimiento de la Duquesa hace casi diez años y que supuso un antes y un después en su relación. Cada uno de ellos heredó algo de su madre, ya fuera a nivel económico, simbólico o aristocrático. Esto hizo que las desavenencias surgieran entre todos ellos, quienes tuvieron grandes problemas para repartir aquello que su madre les había dejado por escrito. El reparto de bienes no fue fácil pero, con el paso del tiempo, lograron llegar a un punto en común. Una actitud de concordia y entendimiento que fue desvaneciéndose con el paso del tiempo.

Jacobo: su nueva vida ecologista

Jacobo Siruela, junto a su pareja Inka Martí. Gtres

Una de las cosas que también heredaron los hermanos, aparte de todo el patrimonio, fue su pasión por las tradiciones. La duquesa de Alba fue una gran defensora del flamenco y del toreo, dos costumbres españolas que quiso llevar por todo el mundo. Es más, en el día de su boda con Alfonso Díez, Cayetana no tuvo problema en regalarle a los fotógrafos una sevillana para deleite de todos los allí presentes. Otra pasión que también han heredado son los toros. Es por eso que Cayetano sigue siendo uno más en Las Ventas. Algo que dista mucho de la nueva vida que ha comenzado Jacobo, quien heredó dos fincas de su madre, en Salamanca. Tal y como publica La Vanguardia, hace un tiempo, tanto Jacobo como su mujer, Inka Martí, decidieron convertir la zona en un lugar centrado en la naturaleza.

Lo cierto es que estas son de las más grandes que dejó la Duquesa, con más de 4.000 hectáreas, pero, a la vez, menos productivas. Después de más de ocho años, el matrimonio ha conseguido convertir el lugar en una «reserva integral ecológica, regenerativa y de coexistencia con otras especies del mundo vegetal y animal». Es por eso que una vez las heredaron decidieron convertirlas en un sitio vedado de caza. Además, apostaron por el ganado extensivo autóctono, cuidando no solamente los animales, sino, también, los árboles que allí se disponen. Por tanto, dos mil hectáreas se han destinado para el ganado, mientras que las otras dos mil restantes están destinadas para forrajes.

Los hermanos Martínez de Irujo en el entierro de la Duquesa. Gtres

«Viendo la situación de la naturaleza, está claro que se necesita un cambio de mentalidad de los humanos y que las personas que tienen campos deben cambiar la manera de gobernarlos, evitando por ejemplo echar pesticidas, y entrando en un esquema ecológico», ha contado Jacobo a La Vanguardia. Además, su idea es la defensa de la vaca morucha, una raza autóctona. Es Inka quien se encarga del cuidado de los animales, quien se considera «casi vegetariana y amante de los caballos desde niña». Lo cierto es que de todos los hermanos es el que más está pendiente de la naturaleza. Fue en 1980 cuando su madre le otorgó el título de conde de Siruela. Al poco tiempo, montó su propia editorial que ya vendió.

La pasión de los Alba por los toros

Cayetano Martínez de Irujo, en los toros. Gtres

De sus hermanos ha sido principalmente Cayetano quien ha recogido esa pasión de su madre por el mundo del toro. Es por eso que son pocas las ocasiones en las que el hombre no acude a Las Ventas, a donde también se traslada junto a su novia, Bárbara Mirjan. Fue hace un año cuando Cayetana fue a la plaza de toros de Madrid y los periodistas le preguntaron si había heredado este hobbie de su progenitora, algo que él mismo confirmó casi emocionado. Lo cierto es que Cayetano siempre se ha mantenido muy unido a su madre. Es por eso que ha sido él quien se ha encargado en organizar las celebraciones religiosas relacionadas con su persona y, también, sacar su propio libro, De Cayetana a Cayetano. Unos homenajes a los que, en alguna ocasión, no acudieron todos los hijos de la Duquesa debido sus discrepancias.

Probablemente con quien más rifirrafes ha protagonizado ha sido con su hermana, Eugenia Martínez de Irujo, quien no se tomó del todo bien la publicación del libro sobre su madre. Además, en una entrevista en TardeAR, Cayetano contó que desde que había muerto su madre se había «unido con otros hermanos», mientras que otros «habían prescindido de él».

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