Kamala Harris, al descubierto: una boda tardía, dos hijastros y el trabajo de su marido, Douglas
La vicepresidenta se enfrenta a Donald Trump este martes por la 47ª presidencia del país tras unos meses de reproches
Este martes 5 de noviembre, Donald Trump y Kamala Harris se disputan habitar la Casa Blanca de 2025 a 2029. El candidato republicano ya fue presidente del país hace dos legislaturas, por lo que lleva más tiempo bajo los focos y conocemos su historia. Pero el protagonismo de su contrincante por los demócratas, Kamala Harris, es bastante reciente. Es la actual vicepresidenta del país norteamericano que tras la retirada de su número uno, Biden, es ella quien lidera la carrera electoral frente a Trump. Las encuestas no revelan con seguridad el resultado de estos comicios, por lo que ambos candidatos podrían hacerse esta noche con la 47ª presidencia de Estados Unidos.
Harris nació en California pero es hija de un profesor de universidad jamaicano y una científica oncóloga tamil -etnia nativa de la India que incluye 77 millones de personas-. Esta hija de inmigrantes estudió ciencia política, derecho y economía en Washington D.C. y construyó su camino a la Casa Blanca pasando por fiscal de distrito, fiscal general, senadora por California y hasta ahora, vicepresidenta del país americano. La trayectoria profesional de Harris ha estado acompañada de una interesante vida personal. Su boda a los 50 años con un judío divorciado que tenía dos hijos veinteañeros, su amistad con el hijo fallecido de Biden y su inusual árbol genealógico, todo la convierte en una candidata refrescante ante los estereotipos americanos de la familia presidencial.
El camino de Kamala hasta la Casa Blanca
Kamala nació en 1964 en Oakland en el estado de California y aunque pasó una temporada en Canadá tras el divorcio de sus padres, regresó a los estados para su formación universitaria en la Universidad Howard en Washington D.C. De joven destacó como una estudiante ejemplar en lo académico y la vida universitaria, participando en los voluntariados y grupos estudiantiles. Sus compañeros la eligieron representante del primer curso en consejo estudiantil de artes liberales y formaba parte de la sororidad Alpha Kappa Alpha, la primera hermandad estudiantil de letras griegas afroestadounidense.
Volvió a Californa para obtener el postgrado habilitante Juris Doctor y dedicó sus primeros años de carrera en la abogacía a los asuntos de orden público. En 2004 consigue ser fiscal de distrito de la ciudad y el condado de San Francisco, un puesto que le permitió luchar por los derechos de los presos y poner en marcha la exitosa iniciativa Back On Track, un programa de reinserción para delincuentes no violentos que posteriormente conseguiría el rango de ley. Un artículo del New York Times de 2008 ya la señaló como una de las mujeres que podrían tener el potencial de convertirse en presidentes de los Estados Unidos, sugiriendo que tenía una reputación de «luchadora dura». En 2011 se convirtió en la primera mujer, la primera afroamericana y la primera surasiática estadounidense en ocupar el cargo de fiscal general de California, un rol que usó para promover la igualdad de derechos y políticas ambientales progresistas, al igual que una reforma que endurecía la justicia penal.
Pasó por el Senado de Estados Unidos como senadora por California desde el 2017 hasta 2021, dejando su escaño para jurar su nuevo puesto como vicepresidenta de los Estados Unidos junto a Joe Biden. Su tándem profesional estaba respaldado por la íntima amistad que unía a Kamala y Beau Biden, el hijo de Joe Biden que falleció en 2015 debido a un cáncer cerebral. El presidente fue fiel defensor de su mano derecha cuando nos la presentaron en 2020 y ahora que le ha pasado el testigo del liderazgo del partido Demócrata. «Será una presidenta a la que vuestros hijos puedan admirar como líder mundial porque ya lo es. Será una presidenta histórica que ponga un sello en el futuro de Estados Unidos», el mensaje que le dedicó este verano en la Convención Nacional Demócrata.
La familia poco convencional de Kamala Harris
Como mujer soltera de más de 40 años en un puesto de poder público, Kamala Harris fue muy cuidadosa con sus relaciones y su imagen personal. En su autobiografía Nuestra Verdad confesa el rechazo que le provocaba la atención de la prensa rosa: «No tenía ningún interés en atraer ese tipo de atención a menos que estuviera casi segura de que había encontrado a ‘mi media naranja’, lo que hizo que durante años mantuviera mi vida privada separada de mi carrera». Esta discreción se transformó en transparencia cuando en 2014 se casó con Douglas Emhoff, un abogado judío que ahora puede ser el primer Primer Caballero de Estados Unidos si Harris se impone ante Trump este martes.
Se conocieron en una cita a ciegas a través de la hermana de la vicepresidenta, Maya Harris, y el abogado lo tuvo claro desde el principio. «Soy demasiado mayor para andarme con tonterías o jugar al escondite. Me gustas mucho, y quiero ver si podemos hacer que esto funcione», le escribió Doug a la senadora al día siguiente de conocerse. Kamala no esconde que fue difícil aceptar la realidad de Douglas, pues se convertía en la madrastra de sus dos hijos adolescentes Ella y Cole, fruto de su anterior matrimonio con la productora de cine Kerstin Emhoff.
Ahora esta familia poco convencional presume de su buena relación y se muestran apoyo entre todos en sus actos públicos y mediante redes sociales. Douglas se define en Instagram como «padre y marido de Kamala Harris» y no esconden su amor tardío ni a los medios ni a sus hijos. La joven Ella que cuenta con medio millón de seguidores en la misma plataforma confesaba con humor que son una pareja muy cariñosa y que todavía no se les ha pasado esta etapa de adolescentes.