La dudosa seguridad de la Familia Real inglesa: las veces que se han colado en Buckingham
Hace unos días unos encapuchados entraron en la residencia de Kate Middleton y el príncipe Guillermo
La seguridad de la Familia Real británica está en el punto de mira. Fue hace unos días cuando unos encapuchados se colaron en Adelaide Cottage, la casa de Kate Middleton y el príncipe Guillermo, mientras dormían. Como ha revelado The Sun y contamos en THE OBJECTIVE, estos ladrones entraron en una de las estancias que rodean al castillo de Windsor, más concretamente, a la granja Shaw. «Hay alarmas en el Castillo de Windsor, pero la primera vez que alguien supo que había un robo fue cuando se estrellaron contra la barrera de seguridad en la salida de Shaw Farm Gate», explican. Aunque eso sí, esta no es la primera vez que algún desconocido burla el sistema de seguridad de la familia, algo que hemos visto que se viene repitiendo en los últimos tiempos.
Uno de los casos más conocidos es el de Michael Fagan. Unos años antes, otro hombre trepó por las puertas del palacio de Buckigham y fue reducido y detenido por la Policía en pocos minutos. También, una persona que dormía en la calle entró en el perímetro del palacio y no fue localizado hasta cuatro horas más tarde. Aún así, la mayor brecha en su seguridad se produjo a principios de los años 80 cuando un hombre entró en el palacio mientras Isabel II estaba durmiendo. Michael Fagan era pintor y decorador cuando decidió saltarse el perímetro de uno de los lugares más importantes de Reino Unido. A principios del verano de 1982 decidió entrar en la residencia de la reina de Inglaterra. Algo que en un primer momento no sucedió pero que lo consiguió en una segunda.
Las veces que desconocidos han asaltado el Palacio de Buckingham
Así, Michael trepó por una tubería de desagüe y fue una criada quien vio la situación y alertó a la seguridad del palacio. El hombre entró en el palacio por una venta abierta en el techo y estuvo durante algo más de media hora comiendo queso y galletas. Además, también se dio alguno que otros paseos por dentro del palacio. Al parecer, como se confirmó al poco tiempo, las alarmas no funcionaban correctamente y, por eso, no saltaron. Además, se sirvió media botella de vino antes de salir y, también, pudo ver hasta los regalos que le habían hecho al príncipe Guillermo por su cumpleaños.
En la segunda vez que trepó, el 9 de julio de ese mismo año, el hombre volvió a trepar por una tubería y entró en el dormitorio de la reina a primera hora de la mañana. «Paso junto a su cama y parece demasiado pequeña para ser la reina. Así que me acerco y descorro la cortina, solo para asegurarme, y de repente se sentó y me dijo: ‘¿Qué haces aquí?», contó Michael a Mirror. En ese momento, la monarca salió corriendo. Tras salir de la habitación, Michael se tomó un poco de whisky antes de la llegada de la Policía. En ese momento, el hombre no fue acusado de allanamiento de morada aunque sí de robo. Aún así, los cargos fueron retirados cuando se sometió a una evaluación psiquiátrica. La ley fue modificada en 2007 y quien actualmente entre se puede enfrentar a un delito criminal.
Los problemas de seguridad de la Familia Real inglesa
En el verano de 2019, un joven de 22 años intentó entrar en el Palacio de Buckingham. Cuando el equipo de seguridad se dio cuenta, el hombre ya había saltado la valla de la parte frontal de la residencia. «El hombre no fue encontrado en posesión de ninguna arma ofensiva. Por ello el incidente no se ha relacionado con el terrorismo. Sin embargo, fue arrestado bajo sospecha de allanamiento, en contra de la sección 128 de la Ley de Policía y Crimen Organizado Grave de 2005. Permanece actualmente bajo custodia en una estación de policía del centro de Londres», explicó el portavoz de la Policía de Londres. En julio del año anterior, un hombre fue encarcelado después de entrar en la residencia real con el único objetivo de pasar la noche allí.
Siguiendo con los fallos en su seguridad, este mismo año, Camila y Carlos III tuvieron que ser evacuados cuando se encontraban en la isla de Jersey. Lo hicieron por una «falsa alarma» mientras que Camila se encontraba dando un paseo comiendo un helado. Una persona anónima se acercó a ella para susurrarle algo al oído. Tras el incidente fueron escoltados hasta el Hotel Pomme D’or en St. Helier, en la capital de la isla. En ese momento, se canceló la visita y se hizo un chequeo completo de la zona.