Jordi Hurtado, el presentador eterno de 'Saber y Ganar' es primo de Jordi Évole y padre de tres
El presentador lleva más de cuarenta años en televisión y dirige ‘Saber y ganar’, uno de los programas más longevos
Jordi Hurtado es uno de los rostros más conocidos de la televisión española, su familiaridad y profesionalidad le convierte en uno de los presentadores más queridos por mayores y pequeños. Es el eterno presentador del concurso Saber y ganar que presenta desde 1997 y que actualmente reúne en La 2 a una audiencia de más de 600.000 personas cada día. En alguna ocasión ha provocado el furor de las redes sociales, que han comparado con gracia el permanente éxito de su programa con su inalterable imagen a pesar del paso del tiempo frente a las cámaras.
Su carrera profesional ya le ha brindado 40 años de éxitos en las radios y otros formatos de entretenimiento, pero el proyecto de su vida es la televisión pública, donde sigue activo y feliz a sus 67 años. La jubilación no está en sus planes de futuro a un corto plazo, así que seguiremos disfrutando de Jordi Hurtado en el mítico concurso por alguna temporada más. Él ha admitido que le debe todo a este formato, que le ha permitido construir una vida próspera en lo personal, mujer, hijos y negocios. Uno de los detalles de su vida privada que más han llamado la atención es su parentesco con el periodista Jordi Évole, una relación que destaparon ellos mismos y de la que están muy orgullosos.
Jordi Hurtado está en RTVE desde los 80s
La carrera del presentador no comenzó delante de las cámaras sino en los estudios de radio. Primero adquirió experiencia como presentador en el programa La radio al sol, en la Radio Barcelona de la Cadena SER, un espacio por el que ganó un Premio Ondas en 1982. Su talento vocal también le ha brindado oportunidades como actor de doblaje. En los años 90s fue uno de los actores de doblaje que le dieron vida a Epi, el carismático muñeco que junto a Blas enseñó a los niños la alegría de aprender en Barrio Sésamo. Su encanto y elocuencia rápidamente le pusieron al frente de los múltiples programas de televisión que estrenó esos años la cadena pública. Jordi participó en Si lo sé no vengo en 1985, 3×4, Pictionary, Carros de juego y Juguemos al Trivial, haciéndose un nombre dentro del entretenimiento de RTVE.
En 1992 llegó su gran oportunidad en el formato creado por el realizador Sergi Schaaff, Saber y ganar ha sido el concurso diario de cultura general que más tiempo lleva emitiéndose en la televisión de nuestro país. Ya ha celebrado los 25 años del programa que le ha visto crecer profesionalmente y en lo personal, tantos años en los que su apariencia física prácticamente no ha cambiado. Así las redes celebran por su cumpleaños cada año el buen envejecer de Jordi, con memes y teorías conspiradoras que expliquen el imperceptible paso del tiempo sobre el presentador. Le han comparado con la reina de Inglaterra Isabel II, le han llamado robot y holograma, y le han pedido que desvele el secreto de su eterna juventud, tantos chistes que el catalán fomenta y se toma con humor.
El presentador que nunca descansa
En 40 años de carrera es difícil pensar que Jordi Hurtado nunca se tomara una baja, pero este descanso solo ocurrió una vez y por razones de máxima importancia. El 3 de mayo de 2016 se ausentó por primera vez del programa en sus más de 19 años, debido a una pequeña intervención quirúrgica y fue Luis Larrodera quien le sustituyó. Tras un mes de baja, Jordi se reincorporó y no ha vuelto a faltar a ninguna emisión de Saber y ganar.
El presentador ya tiene 67 años pero no se plantea dejar su trabajo a corto plazo, la jubilación no es para él. «¡No pienso jubilarme! Voy a seguir todas las tardes en La 2 de Televisión Española en Saber y Ganar», dijo en su último cumpleaños en unas declaraciones que recoge la web de RTVE. Otros grandes nombres de la casa como Ana Blanco o María Escario ya han apagado sus cámaras, pero Jordi pretende seguir al pie del cañón unos años más.
Su patrimonio tras 40 años de carrera en RTVE
Tras cuatro décadas trabajando para la televisión pública, Jordi Hurtado podrá disfrutar de una tranquila jubilación cuando decida que es su turno de descansar. Tantos años cotizados han reunido una gran suma en el banco del carismático presentador, aunque no se sabe a cuánto asciende la cifra total, sí se conoce lo que genera en su espacio en La 2. Gana concretamente 700 euros por programa. Sabiendo que se emite todos los días de la semana, estaríamos hablando de 4.900 euros semanales por lo que, en total, sería poco menos que la jornada completa de sólo dos días a la semana. Y no es, ni mucho menos, el presentador que más gana de la cadena.
Tiene un empresa con unos números saneados que se dedica a la prestación de servicios profesionales de promoción, actuación, exhibición, y doblaje para toda clase de espectáculos, cinematográficos y fonografía. Jordi y su mujer son los únicos administradores de Misola Produccions SL. Ha establecido su residencia en Molins de Rei, un municipio a 10 kilómetros de Barcelona pero alejado del ruido y la contaminación. En su finca de 621 metros cuadrados construyó una casa de dos plantas con jardín y piscina, de color blanco ibicenco y lineas rectas que mira a la montaña de Collserola. En el mismo conjunto residencial en el que vive la familia Hurtado hay una casa en venta, de características muy parecidas a la suya, que se vende en la actualidad por 1,2 millones de euros.
La familia de Jordi Hurtado también es famosa
El presentador ha formado su hogar con Rosa Palau, su mujer desde hace 30 años, esto les convierte en una de las parejas más consolidadas de la pequeña pantalla. Sus tres hijos ya son mayores de edad y tienen carreras exitosas. Jordi trabaja en televisión con el padre, de Mireia se sabe que se dedica al mundo de la comunicación y Laia es licenciada en biología; quien trabaja en California en el mundo de las moléculas del vino después de pasar una temporada en Suiza. Pero el familiar más sorprendente del presentador de Saber y ganar es el famoso periodista Jordi Évole. Ambos comunicadores proceden del pueblo Garrovillas de Alconétar en Extremadura y sus lazos familiares se remontan a sus abuelos, lo que les convierte en primos segundos.