Las manías de Sonsoles Ónega: de hacer el pino antes del programa a los números impares
La presentadora es supersticiosa y lleva consigo un neceser con amuletos y sigue el mismo ritual entes de entrar a plató
Si de algo puede presumir Sonsoles Ónega es de ser una de las presentadoras más queridas y con más éxito de Antena 3. La hija de Fernando Ónega decidió dejar Telecinco hace unos años para dar paso a una nueva aventura en el canal grande de Atresmedia. Una decisión que, a simple vista y por lo que ella misma ha contado en varias ocasiones, no fue fácil de tomar. En Mediaset, Sonsoles había encontrado su lugar gracias a Ya es mediodía, que marcaba unos datos de audiencia más que aceptables en la franja de la última hora de la mañana. Además, se rodeó de un gran elenco de colaboradores, dejando constancia ella de su naturalidad. Un aspecto que le ha acompañado siempre.
Si algo no ha ocultado nunca Sonsoles Ónega es que es una mujer muy supersticiosa. La periodista, con una gran carrera en su haber, lleva más de veinte años haciendo televisión pero, aún así, tiene muy claro aquello que nunca llevaría puesto en un directo del programa o qué no podría haber en su plató. Fue el pasado mes de noviembre cuando Joaquin Sánchez, el que fuera jugador del Betis, apareció en Y ahora Sonsoles con un polo de color amarillo. Algo que Sonsoles no podía creerse. «Un reportero de Y ahora Sonsoles nunca iría de amarillo», le espetó, dejando constancia de la animadversión de ese color para cualquier directo o simplemente para verlo en televisión.
«Tengo castañas pilongas del pueblo de mi padre para protegerme del mal de ojo»
Así pues, tanto los colaboradores del programa como la propia Sonsoles, no tuvieron ningún problema en hablar de todas las manías y supersticiones que tiene la presentadora. Y que no son pocas. Es más, fue el propio Miguel Lago quien le recomendó que era un aspecto que debía «tratarlo». El año anterior, en una entrevista con Pablo Motos, la presentadora ya había dado pinceladas de todos los rituales que hacía antes de cada programa y, también, de aquello que estaba permitido y lo que no. «Es agotador», reconoció. En ese momento, en el plató de El hormiguero, confesó que tiene un neceser con todos sus amuletos, que lleva siempre consigo y que saca al comienzo de cada programa.
«Tengo castañas pilongas del pueblo de mi padre para protegerme del mal de ojo en general; un trozo de cuarzo que me regaló el hermano de Ana Rosa cuando empecé el programa, un corazón de madera pasado por el sepulcro de Jesús en Jerusalén, cruces de todo tipo«, explicó. Además, también aprovechó el momento para confesar que no puede ver a los gatos negros. «Me he llegado a parar en la cuneta en la autopista para abrazarme a un árbol», le espetó a un atónito Pablo Motos. Y no solamente eso. «También tengo virgencitas de todos los tipos y todo lo que me da la gente, yo lo guardo», contó en el plató de El hormiguero.
Todas las manías y supersticiones de Sonsoles Ónega
En esa misma entrevista, Sonsoles confesó que hablaba con su abuela, fallecida hace más de tres años. «Ella me habla y me dice cosas por la noche. Es una mujer que me ha acompañado toda la vida. Murió el año pasado. Mi abuela me anunció una muerte y se produjo. Me habla ella y suele ser por la noche. Es maravilloso. Ella era muy suya, nunca me dio la receta de las albondigas y creo que algún día en sueños, me la dará», contó. Otra de las manías que, sobre todo, le condiciona su día a día tiene que ver con los números. «Voy conduciendo y necesito hacer asociaciones de número pares en las matrículas de los coches. Es muy cansadado, horroroso. También me pasa con el volumen de la tele, no puede estar en número impar», le desveló a Motos.
Aunque, sin duda alguna, la parte más extraña y maravillosa es que hace el pino antes de cada programa con el fin de relejarse. «Hago el pino, la inversión de todo el circuito nervioso es maravilloso. Aquí todavía no lo he hecho pero ya he fichado varias paredes», apuntó. Sí que es cierto que, últimamente, debido a la ropa que le eligen para llevar en el plató es algo que está dejando de lado pero, también, algo que no puede evitar si quiere estar más tranquila y relajada. «Tú cuando empiezas el programa estás reventada», le comentó Joaquín Sánchez. Sonsoles ha confesado que ser tan supersticiosa le hace ir por la vida «más lenta».