El descenso a los infiernos de Víctor Elías: una infancia difícil por sus padres y sus adicciones
El músico presenta su libro en el que narra los episodios desconocidos de su vida, marcada por la ausencia de sus padres
Víctor Elías alcanzó la fama gracias a Los Serrano. La serie se convirtió en uno de los referentes para muchos jóvenes que vieron en la historia de la familia Serrano un reflejo de su realidad. Aunque fue uno de los momentos más dulces, en cuanto a su vida profesional se refiere, también, a la vez, se convirtió en uno de los más complicados. Así lo ha explicado él mismo en una entrevista para El Mundo en el que presenta su libro, #YoSostenido. Historia de un juguete casi roto, en el que hace un repaso a su complicada infancia y todo lo que le marcó en esos primeros años de vida. Actualmente, Víctor, con un presente más que esperanzador y tranquilo, ha celebrado su boda junto a la cantante Ana Guerra, un bonito momento en el que estuvieron presentes sus compañeros de pantalla y, también, de la música, una de sus grandes pasiones.
Es más, fue gracias a esta por lo que se conocieron Víctor y Ana, quienes coincidieron cuando ella estaba buscando a un músico para completar su banda. Como ellos mismos han narrado, en más de una ocasión, su relación fue especialmente tensa. Luego, cuando alcanzaron un entendimiento común, decidieron comenzar a trabajar juntos. Más tarde, surgió el amor. Ha sido este mismo mes de noviembre cuando ambos han celebrado el amor en dos impresionantes y románticas bodas en Madrid, al que acudieron sus amigos y familiares.
Las confesiones de Víctor Elías
Ahora, Víctor está centrado en la promoción de su libro, que verá la luz el próximo 27 de noviembre y en el que narra los aspectos más desconocidos de su vida. Entre ellos, los momentos de acoso que sufrió en el colegio. «Era gracioso pegar al famoso», ha confesado el músico al mencionado diario. Además, también, el que fuera actor de Los Serrano ha querido contar cómo fue su infancia, que estuvo marcada por las adicciones de sus padres, ambos fallecidos. «No tengo ningún tipo de rencor hacia ellos, porque luego yo me he visto ahí, en lo profundo de la adicción, y lo único que puedo hacer es alabarles porque aun así lograran criarme y, con todas las imperfecciones, hacerme sentir querido», ha apuntado.
Lo cierto es que su madre ha tenido un lugar muy especial en su boda, al igual que su progenitor, y de ella se acuerda siempre Víctor en el aniversario de su muerte. A pesar de todo, la situación que vivía en su casa le llevó a denunciar a su madre cuando tenía solamente trece años. Una decisión que para él fue «la más difícil» de su vida. En ese momento, un juez decidió que Víctor se fuera a vivir con sus tíos. «Mi madre nunca me perdonó aquello», apunta el músico. A pesar de todo, el que fuera actor de Los Serrano no guarda rencor a sus padres, sobre todo porque él también estuvo un día en su situación.
La pérdida de custodia de sus padres y sus adicciones
Fue con 20 años cuando probó la cocaína por primera vez. «Llegó un momento en que me pasé cuatro días en casa sin comer ni dormir. Solo, raya, piano, raya, piano, raya...», cuenta, sobre el momento más complicado de su vida. Un proceso de recuperación que no ha sido nada fácil y que él define como «jodido». En todo este camino ha tenido la ayuda de muchas personas de su alrededor, sin las cuales no podría haberse recuperado. «Yo solo no hubiera conseguido salir, seguiría metiéndome o estaría muerto», apunta. Su conciencia sobre las adicciones hizo que Víctor y Ana decidieran no poner alcohol en su enlace, una decisión que fue muy comentada entre sus invitados y los medios de comunicación.
Algo de lo que, ahora, con un tiempo pasado, lo siente con mucho orgullo. «Una de las cosas que más agradezco en el mundo es haber podido vivir mi boda y mi despedida de soltero al 100%. Ni alcohol ni drogas ni dramas», explica a El Mundo. Una situación con la que se concienció también Ana. Una confesión que no fue nada fácil de articular pero con la que la cantante de OT se mostró siempre al lado de su pareja, convirtiéndose en su mejor apoyo. «Se quedó, no me juzgó, me apoya a diario. Ha sido un viaje jodido, muy jodido, pero el final es feliz», comenta al diario.