El lado desconocido de Sara Aagesen: madre de dos, casa en La Moraleja y orígenes daneses
La nueva ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico está casada desde hace años con un empresario
Sara Aagesen, en una imagen de archivo. | Gtres
Sara Aagesen se ha convertido esta misma semana en vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Así lo confirmó el propio Pedro Sánchez y se consolidó con su promesa al Rey este mismo lunes. De esta manera, Sara dará su salto a la política, asumiendo unas responsabilidades que, sin duda alguna, marcarán su carrera personal y profesional. La mujer nació en Madrid hace 48 años y es de ascendencia danesa. En todo este tiempo, la recién convertida política se ha convertido en un referente en todo lo que tiene que ver con el campo de las Energías y, además, fue la primera mujer en acceder a la Secretaría de Estado de Energía.
Su nombre, sin duda, ha supuesto una bocanada de aire fresco para los movidos días que están sufriendo dentro del ministerio que ahora dirige. También para el Gobierno. Es por eso que Pedro Sánchez ha depositado toda su confianza en ella, a quien define como una persona «con rigor, la profesionalidad y el conocimiento experto», que se acerca -y mucho- a Teresa Ribera. A pesar de ser una pieza clave dentro de un sector de gran importancia en nuestra sociedad, su vida personal ha siempre todo un misterio. Tanto es así que los datos que se han conocido sobre su parcela más íntima pueden contarse con los dedos de una mano.
El impresionante currículum de Sara Aagesen
Como confirman desde la revista Vanitatis, Sara está casada y es madre de dos hijos. La mujer comenzó su carrera profesional formándose como ingeniera química en la Universidad Complutense de Madrid. Fue ahí cuando se especializó en uno de los campos que más le gustaba; el medio ambiente. Es por eso que se centró en la lucha contra el cambio climático y el cuidado del entorno, una premisa fundamental en su vida. Hace dos años, Sara empezó a trabajar en la Oficina de Cambio Climático, teniendo un papel clave dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
También, como contamos en THE OBJECTIVE, formó parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), intentando concienciar sobre el calentamiento global. Además, ha participado con el Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN) y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). Así, Sara ha querido aunar algunas de sus pasiones como es el cambio climático pero, también, las nuevas tecnologías y, sobre todo, la influencia de estas en nuestro alrededor. Otro de los puntos fuertes de su curriculum viene vinculado a la creación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030. Debido a su trayectoria y su incansable trabajo en el año 2013 recibió la Cruz de la Orden Civil del Mérito Medioambiental, uno de los máximos reconocimientos.
Su vida en La Moraleja y la startup de su marido, Diego
Tal y como publican en el mencionado medio, sobre su lado más personal, Sara es una gran apasionada de la música y, también, de sus dos hijos. Son ellos quienes le hacen salir de su rutina. «Mi color favorito siempre ha sido, ironías del destino, el verde y como personaje histórico me fascina Blas de Lezo porque, taras físicas aparte, se sobrepuso siempre a las adversidades y perseveró cuando lo tenía todo en contra», contó en una entrevista para la Revista Ambienta. Estas han sido las pequeñas y contadas pinceladas que Sara ha dado sobre su lado más personal. En el que también ha tenido un papel fundamental su suegro, Fernando Fernández-Polanco, quien murió en 2022.
El hombre fue uno delos primeros en investigar sobre la digestión anaerobia, un proceso por el que los microorganismos descomponen material biodegradable en ausencia de oxígeno. Además, también se convirtió en referente medioambiental. Unos pasos que también ha querido seguir su hijo Diego. El marido de Sara Aagesen ha creado su propia empresa, teCH4+, que ofrece soluciones para la gestión de residuos. Es ahí donde también trabaja Erik, el hermano de la ministra. A pesar de que la empresa tiene su sede en Valladolid, la pareja hace vida familiar en La Moraleja, donde Sara se crio. La mujer fue a uno de los centros educativos más conocidos de la urbanización, Las Irlandesas El Soto. Ahora, vive allí en una casa que compraron hace siete años.
