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En pie a las siete, menú con churros y paella y un único entretenimiento: la nueva rutina de Leonor

La princesa llegará en unas horas al puerto de Las Palmas de Gran Canaria junto a el resto de guardiamarinas en Elcano

En pie a las siete, menú con churros y paella y un único entretenimiento: la nueva rutina de Leonor

La princesa Leonor hace unos días en Cádiz. | Gtres

A la princesa Leonor le quedan horas para llegar al puerto de Las Palmas de Gran Canaria. La hija mayor de los Reyes salió de Cádiz el pasado 11 de enero en una formación en la mar que durará hasta el próximo mes de julio. Prometiendo ser una experiencia que no olvidará nunca, Leonor tendrá que estar durante medio año sin ver a su familia y compaginando su formación militar con las visitas oficiales a los distintos países para estrechar lazos. Así, la princesa pasará por Brasil, Colombia, Panamá o Estados Unidos en una educación que, sin duda, será de lo más exigente. A bordo del Juan Sebastián Elcano tendrá, día a día, que llevar a cabo distintas maniobras y aprender nuevos conocimientos que serán clave para su presente y futuro en La Armada.

Pero, al igual que le sucedió a su padre y abuelo, tendrá que seguir unas normas muy estrictas. Sí que es cierto que, desde que comenzó su andadura militar, la princesa ha tenido una rutina muy marcada, al igual que el resto de sus compañeros. Uno de los mayores de los deseos de los Reyes es que su hija tuviera una vida lo más parecida a la realidad, con los privilegios justos, algo que se ha escenificado en este último año. Así, Leonor ha condensado su formación militar en un año en la Academia General Militar de Zaragoza y, luego, en algo menos de tres meses en la Escuela Naval de Marín.

El único entretenimiento de Leonor en el Juan Sebastián Elcano

Leonor despidiéndose junto a sus compañeros del Juan Sebastián Elcano. Gtres

La última parada de su formación castrense será la Academia General del Aire en San Javier, Murcia. Por ahora, Leonor está centrada en concluir y disfrutar de estos seis meses de aprendizaje en el buque-escuela. Una oportunidad que, como confesó su padre hace unos días, será inolvidable. Porque la princesa no solamente aprenderá todo lo necesario del barco sino que, también, visitará distintas partes del mundo. Además, convivirá con más de 250 personas, entre ellas 75 guardiamarinas, con quienes formará un lazo de unión que, muy posiblemente, se extenderá en el tiempo. Así, en el barco, junto a la princesa hay oficiales, mandos, dos cocineros, anestesista, enfermería, un sacerdote y una pequeña banda de música. Todos ellos se encargan de ayudar y hacer la vida más fácil a los guardiamarinas que conviven en el barco.

El tiempo de estudio, así como los momentos de libertad de los militares, están muy marcados dentro del buque. Durante unas horas a la semana, todos las personas del barco disfruta de conciertos de distintos géneros, un evento que sirve para disfrutar todos juntos y mejorar la relación entre ellos. Además, como entretenimiento, como cuentan en la revista Vanitatis, los alumnos tienen que llevar a cabo un Informativo, en clave de humor, bajo el nombre Telelcano, que acompañan con vídeos cómicos sobre alguna situación que se haya dado dentro del barco. Todos ellos, para llevar a cabo esta acción, tendrán que estar al día de le prensa. «Es una manera de divertirse sin hacer mofa de nadie ni de nada. Es muy divertido y se desarrolla el ingenio», explican.

Una alimentación «abundante y saludable»

La princesa Leonor junto a otros guardiamarinas en Cádiz. Gtres

En su día a día, además, la princesa comparte camarote con otras tres compañeras y contará con un espacio muy reducido para dejar su ropa, que se deberá colocar debajo de la cama. Además, tienen solamente un baño. En este punto, la princesa no contará con ningún privilegio y tendrá que comportarse como el resto de los guardiamarinas y cumplir, por ejemplo, con las guardias, que podrán hacer que tenga que despertarse a las cinco de la mañana. Sobre su alimentación, el buque cuenta con dos cocineros que tienen sus propios auxiliares. Además, como mencionan en Vanitatis, «se come muy bien y en abundancia». Además, toda la tripulación tiene «el mismo menú».

Los guardiamarinas tienen que levantarse antes de las siete de la mañana ya que a esa hora se sirve el desayuno. Todos ellos pueden disfrutar de una primera comida variada y pueden elegir entre café, tostadas, zumo y batidos. Además, la fruta y los otros productos dependen del puerto en el que atraquen. Así, por ejemplo, tras pasar por Canarias, lo más probable es que estén durante unos días comiendo plátanos. A media mañana tienen disponible un bocadillo y para la merienda pueden comer algo dulce. Los domingos siempre hay churros con chocolate y torrijas, como explica Paloma Barrientos en Vanitatis. En los días de fiesta, todos ellos disfrutan de un aperitivo, conocido como meridiana, y en el que la tripulación degusta un buen jamón.

Además, el menú se completa con platos tradicionales como sopa o paella, intentando cuidar siempre la alimentación de los tripulantes. La comida se sirve como en cualquier otra escuela militar y los guardiamarinas pueden aprovechar el momento para descansar y tener una charla distendida con sus compañeros. Esto hará que, sin duda, se estrechen sus lazos personales y profesionales.

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