La historia tras los anillos que el rey Juan Carlos nunca se quita: regalo de su suegra y por salud
El Emérito, cuando ha viajado a España, ha sorprendido con un anillo inteligente y otro en su dedo meñique
El rey Juan Carlos lleva una vida muy tranquila en Abu Dabi. Aún así, en estos últimos meses, sí que ha estado volviendo, en varias ocasiones, a España por distintos motivos. Es más, se ha llegado a especular con que el Emérito cambie su lugar de residencia. Algo que, por el momento, no está en sus planes. En el país árabe, Juan Carlos puede disfrutar de infinidad de privilegios y de una rutina más volcada en su círculo más íntimo de amistades que, probablemente, aquí no podría llevar. Aún así, sí que es consciente del paso del tiempo y de que su familia se encuentra repartida entre Madrid, Barcelona y Ginebra. Es por eso que sus viajes son constantes, sobre todo cuando se celebra alguna que otra regata en Sanxenxo, su lugar seguro.
En estas visitas, el rey Juan Carlos ha mantenido un perfil bajo, centrándose solamente en el motivo de su viaje y sin tener ningún gesto con la prensa. Aún así, ha llamado la atención los complementos que elige para mostrarse en público, que se entiende que son los mismos que lleva en su día a día. Fue hace poco más de un año cuando los medios de comunicación se dieron cuenta del anillo que llevaba el Emérito en uno de sus dedos; un anillo inteligente. Pero este no es el único accesorio que lleva en sus manos, ya que también presume de algunos de carácter familiar y con un significado muy especial.
El anillo inteligente que siempre lleva el rey Juan Carlos
Fue el marzo del pasado año cuando el rey Juan Carlos, Felipe y la reina Letizia coincidieron en el homenaje al rey Constantino de Grecia en Londres. En ese momento se evidenció la buena relación de padre e hijo con la salida del Emérito cogiendo el brazo del monarca. Así, todas las miradas se posaron en su mano, en el que se pudo ver que llevaba un anillo negro de lo más significativo, situado en su dedo corazón. Se trata de un accesorio de última tecnología y que sirve para controlar el pulso, los pasos dados y la temperatura corporal. En este caso, y en las otras ocasiones en las que lo ha lucido, la marca era Oura Ring, una empresa que se dedica a la fabricación de smart rings. Así, gracias a la tecnología de infrarrojos permite medir la salud de quien lo lleva.
El anillo está fabricado en titanio y su precio oscila entre los 300 y los 900 euros, dependiendo de su funcionalidad y de sus colores. En el caso del Emérito, el padre del rey Felipe optó por un modelo en negro, combinable con cualquier tipo de prendas. Además, en otras versiones, se puede completar con un pequeño diamante. Este, concretamente, funciona midiendo la temperatura corporal o el oxígeno en sangre a través del dedo donde «las lecturas son más precisas». Además, también será bastante útil para saber las horas de sueño que se duermen, los pasos dados y otros datos de salud general. Otro de sus anillos favoritos es aquel que coloca en su dedo meñique.
Su anillo del dedo meñique y un sello de oro
Una de las últimas veces en las que pudimos verlo fue en la recepción que Carlos III de Inglaterra ofreció en el palacio de Buckingham. Se trata de un regalo de novios por parte de sus suegros, de los reyes Pablo y Federica de Grecia. Fue en el libro de Pilar Urbano, La Reina, donde Sofía le reveló de dónde venía esta alianza. «Al poco, al poquísimo de estar en Tatoi, el rey Pablo nos regaló unos anillos griegos antiguos, del siglo IV antes de Jesucristo. El de Juanito, con una piedra roja, puede que fuera un rubí. El mío, con la piedra negra, un azabache», contó. Además, se sabe que data de un siglo anterior y que había sido un regalo fruto de la voluntad de la reina Federica. Lo cierto es que Juan Carlos siempre ha tenido una buenísima relación con su familia política griega. Es más, la muerte del rey Constantino fue un auténtico mazazo, no solamente para la reina Sofía sino, también, para él.
También, en su día a día, el rey Juan Carlos lleva un sello en oro, del que no suele separarse. Así, el monarca ha creado su propia impronta personal a la hora de vestir. En la mayoría de ocasiones que hemos podido verle, en los últimos tiempos, ha lucido trajes, de distintas tonalidades oscuras y combinadas con corbata y camisa. También en otras ocasiones excepcionales, como las carreras con el Bribón, opta por looks más cómodos, menos arreglados y más preparados para una actividad deportiva cerca del agua. En esas ocasiones suele optar por polo blanco, chaleco y pantalones impermeables en color beige.