La cara 'B' de Máximo Huerta: su boda ideal, librería en Buñol y la enfermedad de su madre
El periodista se ha dedicado a la comunicación en facetas muy distintas, como el telediario, las redes sociales y la política
Máximo Huerta cumple 54 años. | Ilustración: Alejandra Svriz
Máximo Huerta está de celebración porque este domingo cumple 54 años. El periodista no es dado a grandes fiestas como ha confesado en algunos de sus escritos en redes sociales, pero sin duda pasará estos días rodeado de su círculo más cercano. Su familia es una de sus grandes prioridades y así lo ha demostrado al mudarse de Madrid a Valencia para estar cerca de su querida madre. Hoy recordamos este cambio drástico de carrera, de las televisiones (y hasta un Ministerio) a la sencilla vida en su librería de Buñol. Pero más importante: quiénes han sido los compañeros de vida que le han acompañado en el proceso.
También se le conoce como Màxim, y su flexibilidad le ha convertido uno de los rostros más conocidos en la televisión. Desde hace décadas pone rostro y voz a muchos y muy distintos formatos audiovisuales. Comenzó su carrera dedicado a los informativos en los medios locales de su tierra natal, Valencia, aunque pronto daría el salto a lo nacional de la mano de Telecinco. Estuvo cinco años poniendo cara a los informativos de la cadena en distintas ediciones pero en 2005 dio un giro a su carrera. Se mudó a Madrid y entró en El programa de Ana Rosa, donde pasaría una década comentando la crónica social con mucho ímpetu. Desde entonces ha tenido un programa propio en la cadena pública, llamado A partir de hoy, ha colaborado con varias emisoras de radio y mantiene su redacción activa a través de sus redes sociales. Pero en 2023 dio un vuelco a su carrera por amor y su vida que no volvió a ser igual.
Su último sueño: La librería de Doña Lola
Hace dos años cumplía uno de sus sueños de la infancia ser librero. Abrió la primera librería especializada del municipio de Buñol, al sur de Valencia, de la mano de su pareja de entonces Juan Castillo. Este proyecto «empezó a tomar forma en París, pegado al escaparate de una de esas librerías francesas que tanto me gustan. Fue entonces cuando me dije: ‘Adelante, vamos a montarla’», y un año más tarde abrió este local al que se ha dedicado en cuerpo y alma hasta ahora. La Librería de Doña Lola recuerda al barrio londinense de Notting Hill por su fachada azul y sus detalles retro como lámparas y espejos vintage. Máximo ha puesto mucho detalle en la decoración del local para crear un universo propio que acompañe a sus libros, los que él mismo escribe, los clásicos de la literatura y las joyas más desconocidas para los lectores exigentes.
El negocio toma su nombre de su fiel acompañante, su perrita Leo que encontró hace años al borde de una carretera. Le puso Leocadia por el personaje de Marisa Paredes en La flor de mi secreto y es uno de sus grandes amores. El presentador se la lleva de paseo por el pueblo presumiendo de acompañante, y en su trabajo la tiene presente en las fotos que decoran el interior de la tienda. Su relación con Juan Castillo terminó en 2023 tras cinco años juntos, pero ha mantenido vivo aquel sueño que les llevó a dejar la gran ciudad y cambiar el rumbo de sus vidas.
La enfermedad de la madre de Máximo Huerta
Iba a cumplir uno de sus sueños como escritor y amante de las letras, pero el motivo detrás de este emprendimiento fue su madre. La mujer de su vida, Clara Hernández, lleva unos años delicada de salud y su hijo quería estar más cerca de ella. Fue diagnosticada con demencia y ha superado varias intervenciones quirúrgicas y un par de tumores. En 2023 además sufrió una aparatosa caída que terminó por convencer a su hijo de mudarse cerca de ella. Así se instaló en Buñol, donde pasó su infancia y reconstruye su futuro, para acompañar a su madre y cuidarla mientras pueda.
En la entrevista que concedió a María Casado para Las tres puertas, el periodista explicó las dificultades de su nuevo papel como cuidador. «Tengo la ayuda de mi pareja, voy a la psicóloga, tengo buenas amigas y buenos colegas que me rodean y me sacan para respirar, pero te sientes mal. Como cuidador piensas que se va a ir en ese rato que tú no estás», confesaba. Hoy en día este temor sigue presente, aunque ha ganado la tranquilidad de haber hecho todo lo que estuvo en su mano mientras pudo. Junto a su madre también sufrió las devastadoras inundaciones del pasado octubre, que llegaron a su localidad al oeste de Chiva y la ciudad de Valencia. El agua también llegó a Utiel, donde naciera el periodista en 1971. Era de esperar que Máximo se convirtiera desde entonces en el portavoz de su tierra en redes sociales, donde es muy activo, para acelerar la recuperación de la vida vecinal y la de su madre.
El ministro más breve de la democracia
Se puede decir que Máximo es periodista, escritor, presentador, pero también exministro. En 2018, el primer mandato de Pedro Sánchez, recibió la cartera del Ministerio de Cultura y Deportes. Su elección no suscitó críticas en exceso pero dejó el cargo a la semana. En estos siete días se descubrió que habría defraudado 218.322 euros a Hacienda entre 2006 y 2008, cuando colaboraba con Ana Rosa. No suele hacer referencia a esta corta etapa de su vida, pero una vez dijo a Europa press que «forma parte de mí pero no me inspira nada». Su estancia en el gobierno fue la más corta de la historia de la democracia. Siete años después de este escándalo, Máximo prefiere no recordarlo y sigue si nuevo camino como escritor.
Su boda ideal: invisible y pensada al detalle
Otra etapa de su vida personal que quedó en el pasado fue su noviazgo con el diseñador Juan Avellaneda, que terminó en 2009. Esa relación no le dio su final de cuento de hadas, pero no se rinde y sigue en busca y captura de su compañero ideal. Sus seguidores conocen la faceta más romántica del escritor, y por eso en 2024 se pensaron que iba a pasar por el altar. Publicó una imagen suya junto a unos amigos que iban a casarse, junto al mensaje «Planes de boda, tic tac» deseándoles lo mejor en su gran día. En Instagram confundieron la publicación por un anuncio de su propia boda y tuvo que salir a aclarar el enredo.
soy de los que se emocionan en los videos de pedidas de mano, en las películas y en los libros, de los que escuchan una canción y la visualizan en tal momento, de los que creen en la pareja, incluso en el amor romántico, de los que sabe qué se pondría y qué lugar elegiría. Vale, vale, vale. No soy de grandes eventos, ni de ceremonias, ni de jaranas, ni tartas ni cisnes. Pero sí de algo íntimo. Invisible casi. Sé perfectamente en qué lugar
